Las pruebas diagnósticas sólo se harán a población de riesgo o en casos con sintomatología grave, y se modifican los aislamientos y cuarentenas, mientras la pandemia se mantenga en tasas bajas de incidencia
Redacción/Grau
La Consejería de Salud centrará a partir del lunes la vigilancia del coronavirus en ámbitos y grupos vulnerables. En concreto, se orientará a las personas mayores de 60 años, inmunodeprimidas y mujeres embarazadas, así como a aquellos casos graves.
La directora general de Salud Pública, Lidia Clara Rodríguez, y el jefe de Vigilancia Epidemiológica, Mario Margolles, han informado hoy, en rueda de prensa, de la nueva estrategia diagnóstica y de control de casos covid tras la fase aguda de la pandemia, aprobada el martes en la Comisión de Salud Pública del Ministerio de Sanidad.
La aplicación de esta fase de transición se mantendrá mientras los indicadores de utilización de servicios asistenciales se encuentren en nivel de riesgo bajo. La nueva estrategia refuerza la capacidad de detección de variantes de interés y de preocupación y sienta las bases de la futura vigilancia de las infecciones respiratorias agudas, lo que favorece la normalización de la asistencia sanitaria tras la fase aguda de la pandemia minimizando los riesgos. Asimismo, permitirá vigilar los cambios de patrones epidemiológicos de la enfermedad, así como la aparición de nuevas variantes que contribuyan a tomar medidas de forma precoz.
Según informa la consejería, en esta etapa de transición los principales cambios son:
- Realización de prueba diagnóstica de infección activa
La realización de las pruebas diagnósticas de infección activa (PDIA) está indicada para las personas que presenten una clínica compatible con el coronavirus y que cumplan además con los siguientes criterios: síntomas compatibles con covid-19 grave, es decir, presentar un cuadro de infección respiratoria aguda de vías bajas que requiera ingreso hospitalario; factores de vulnerabilidad: mayores de 60 años, inmunodeprimidos y embarazadas; personas relacionadas con ámbitos vulnerables: residentes, usuarios y personal sanitario y sociosanitario.
Las personas con síntomas leves que no cumplan los anteriores criterios para la realización de una prueba deben extremar las precauciones y reducir todo lo posible las interacciones sociales, usar la mascarilla de forma constante, evitar el contacto con población vulnerable y mantener una adecuada higiene de manos durante los 10 días posteriores al inicio de los síntomas.
- Aislamientos
En la población general, los casos confirmados leves y asintomáticos no realizarán aislamientos y deberán seguir las recomendaciones preventivas anteriormente comentadas.
En los ámbitos vulnerables –centros sanitarios o sociosanitarios- si el positivo es un residente o usuario se realizará un aislamiento de 5 días desde el inicio de los síntomas o desde el diagnóstico en los casos asintomáticos. El aislamiento finalizará siempre que hayan transcurrido 24 horas tras el fin de los síntomas. Si el positivo es un trabajador de estos ámbitos no debe acudir a su centro de trabajo durante los primeros 5 días desde el inicio de los síntomas o de la fecha de diagnóstico en caso de ser asintomático. Para su reincorporación deberán haber transcurrido 24 horas desde la desaparición de los síntomas y tener un test de antígenos negativo. Además, en los centros residenciales se pueden aplicar medidas de intervención y control específicas ante la detección de un solo caso en residentes o de tres casos en trabajadores.
- Cuarentenas
Los contactos estrechos no tendrán que hacer cuarentenas, se les recomienda, durante los 10 días posteriores a la exposición, extremar las precauciones y reducir las interacciones sociales utilizando la mascarilla de forma constante y mantener una correcta higiene de manos. Las autoridades sanitarias podrán establecer actuaciones adicionales respecto al manejo de contactos estrechos en situaciones o ámbitos específicos.
- Cribados en los centros sanitarios
En esta fase de transición, y con el objetivo de recuperar la normalidad asistencial, no se considera necesario la realización de cribados en centros sanitarios previos al ingreso o a determinadas actuaciones asistenciales. Por su parte, los centros hospitalarios podrán considerar el uso de cribados en situaciones específicas con el objetivo de proteger a los pacientes vulnerables a criterio de los responsables de control de la infección.
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