El edificio de La Pescadería se levanta en 1931, con protestas de los vecinos circundantes, y tuvo que rehacerse en 1937, al quedar destruido en la Guerra
Beatriz Canitrot / Grado
En 1929 el arquitecto municipal Leopoldo Corugedo proyecta las obras y abre expediente de pública subasta para la construcción de una pescadería en Grado tras recibir comunicación del Inspector Pecuario Provincial recordándole la necesidad de solucionar el punto de venta de pescado en la villa, considerando que el actual no contaba con las normas sanitarias exigidas. El lugar destinado para el emplazamiento se proyecta entre las calles Eduardo Sierra y la Panerina, siendo necesaria para su construcción la cubrición de la presa que proporcionaba agua al molino situado en sus inmediaciones. Dicha ubicación no fue bien acogida por los propietarios de las casas circundantes, quienes presentaron escrito de desacuerdo al Ayuntamiento alegando que el lugar quedaría empobrecido con la construcción de dicho edificio. Dichas alegaciones fueron desestimadas por la Comisión Municipal Permanente y, el 16 de enero de 1931, se adjudican las obras a D. Adriano Menéndez Graíño, vecino de Avilés y único licitador, que se compromete a realizarlas por la cantidad de 26.265,25 pts., contando con la supervisión del aparejador D. César Martínez Rodríguez. Las obras comenzaron el 10 de febrero de 1931 y terminaron el 10 de agosto del mismo año. En el plazo de seis meses la pescadería estaba finalizada.
El edificio, de planta centralizada, está formado por dos cuerpos: uno principal de mayor tamaño, dedicado a alojar los puestos de venta, y otro, mucho más pequeño, adosado en el lado derecho que se corresponde con la zona de baños y aseo. Todos los lienzos están calados con vanos rematados en arco de medio punto y recorren sus muros molduras, cajeados y círculos planos. La fachada principal se enfatiza con un frontón escalonado que alberga el escudo municipal. La cubierta, originalmente de uralita y hoy de teja curva, se interrumpe en la zona central dando paso al lucernario que remata la edificación. Sobre el tejado, aprovechando los ángulos del edificio, se coloca plintos coronados con bolas.
Durante la Guerra Civil la pescadería queda inhabilitada al ser prácticamente destruida a causa de un bombardeo. La venta de pescado pasó a realizarse al aire libre con las consiguientes condiciones insalubres de dicha actividad, este motivo impulsa al Ayuntamiento a tomar medidas y en 1937 se acuerda la reconstrucción de la misma usando los planos originales. En noviembre de ese mismo año salen las obras a licitación sin éxito de concurrencia por lo que, finalmente, se realiza contrato directo con D. Manuel González Flórez para la restauración del edificio. Formaron parte de las obras de rehabilitación la reconstrucción de paredes, vanos y cubierta; la colocación de diez lavamanos; reparación de WC; reconstrucción de mostradores con mármol; sustitución de puertas bajas para la entrada a los puestos de venta; arreglo y colocación de la de la puerta de hierro de entrada, sustitución de vidrieras en las ventanas y encalado de todo el edificio. Con el paso de los años la pescadería fue cayendo en desuso y actualmente forma parte de las diversas dependencias municipales, acogiendo el Belén en época de Navidad.
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