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Edificios con historia en Grado: el matadero municipal

Inicio Grado Edificios con historia en Grado: el matadero municipal

El edificio, que albergó la Policía municipal tras su clausura en 1988, fue construido a finales del siglo XIX con un proyecto de Juan Miguel de la Guardia y ampliado en 1925 con un diseño del arquitecto Francisco Casariego

Antiguo matadero municipal de Grado

Beatriz Canitrot / Grado

En 1884 Juan Miguel de la Guardia presenta un proyecto arquitectónico para la construcción del matadero municipal de Grado. Dicho estudio le había sido solicitado por la Corporación municipal tomando como base un anteproyecto presentado por D. Nazario Olavarría. De la Guardia, sin alterar el coste del edifico, modifica el proyecto anterior introduciendo mejoras arquitectónicas y modernizando las instalaciones. Exteriormente era un edificio de planta rectangular con puerta central, rematada en frontón triangular, y vanos separados por pilastras dispuestas sobre un muro liso de ladrillo. La cubierta, a dos aguas, descansaba sobre armadura de madera con mensulillas salientes y destacadas. Interiormente, De la Guardia compartimentó el espacio en seis partes: dos destinadas a la matanza de reses, una a la de cerdos, una zona de cocina, una oficina y una alberca.

Pasados unos años, el matadero debió de quedar pequeño ya que, en 1925, el Ayuntamiento solicita una ampliación del edificio. Se encargan los planos al arquitecto Francisco Casariego, recayendo las obras en el contratista Armando Martínez Cienfuegos. Casariego amplía considerablemente el edificio original construyendo espacios anexos destinados a múltiples usos que modifican considerablemente el aspecto exterior dándole, con ligeras modificaciones posteriores, el aspecto actual. La ampliación no sólo concernía a la arquitectura del edificio, al mismo tiempo se tenía en mente la dotación de maquinaria moderna, con la instalación de los últimos mecanismos en boga utilizados en los modernos mataderos. Para dicha instalación se contó con proyectos de las más prodigiosas empresas del momento: una de ellas fue la Casa Metzger y la otra Casa Camela, Maluenda y Cia., ambas de Barcelona, siendo la segunda la elegida para la instalación del matadero de Grado al ser su propuesta más ventajosa en la cantidad de 244 pesetas en relación a la primera.

Como la mayoría de las construcciones de Grado, el inmueble sufrió grandes desperfectos en la Guerra Civil Española. En 1943, bajo la supervisión del arquitecto municipal Leopoldo Corugedo, fue necesario hacer obras de rehabilitación que consistieron en el arreglo de las estructuras afectadas por los bombardeos pero sin alterar los planos del edificio. El matadero se clausuró en 1988 quedando relegado de toda función. Dos años más tarde se tomó la decisión de trasladar a él las dependencias de la Policía Local que hasta el momento estaban limitadas a dos pequeñas habitaciones y un depósito de detenidos situados en los bajos del Ayuntamiento. Estas dependencias carecían de las condiciones exigidas para dicha función y habían sido clausuradas en dos ocasiones: una por el titular del Juzgado de Instrucción de Grado, al considerar que no reunía las condiciones de seguridad necesarias para los detenidos y, la segunda, al incendiar un presunto delincuente el camastro que dejó inutilizadas estas instalaciones. El interior del matadero fue rehabilitado totalmente para crear en él dos despachos, una sala de visitas, otra para los guardias, dos calabozos, un depósito de indigentes y dos garajes anexos para los vehículos policiales. En el 2012 la Policía Municipal se traslada a las dependencias de la recién inaugurada estación de autobuses quedando el matadero nuevamente en desuso a partir de dicho momento.

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