Natalia Álvarez, muy vinculada a Santo Adriano, forma parte activa del equipo del alevín Real Oviedo femenino que lo gana todo
F. Romero / Santo Adriano
A veces hay pequeños pueblos que viven tranquilos y nadie mira para ellos, pero de vez en cuando dan alguna sorpresa que les trasciende. Es el caso de Lavares, en Santo Adriano. Natalia Menéndez, de 11 años, pasó allí parte de su crianza con sus abuelos y está muy vinculada al concejo del que su padre, Juanjo Menéndez, fue alcalde. Hoy es una de las chicas que ha contribuido a un imparable ascenso del Real Oviedo Femenino. Y lo más difícil, en una liga de chicos.
-¿Cómo llegasteis al ascenso? ¿qué trabajo hay detrás?
– Solamente perdimos un partido, de los veintidós que jugamos en la liga. Siempre le pusimos muchas ganas e intensidad durante el entrenamiento y eso se reflejó en el resultado. Entrenamos en el Tensi dos días a la semana durante hora y media cada uno, los viernes tecnificación y el sábado partido. Nos llevamos muy bien todas las jugadoras, entre nosotras y con lo entrenadores. Somos un gran equipo.
– Primer equipo de Asturias femenino y contra chicos, que se supone con más fuerza física por puro dimorfismo. ¿cuál es el truco?
– No hay ningún truco, simplemente nos esforzamos mucho en los entrenamientos y en los partidos yendo fuerte al balón. A veces nosotras somos mayores de tamaño que ellos y entramos más fuerte al balón metiendo cuerpo. Otras veces nos lo ponen difícil, pero al final conseguimos ganar el partido.
– ¿De donde te viene tu afición al fútbol y donde fueron tus comienzos?
– Mi padre dice que nací con un balón en el pie. Creo que la culpa es de mi hermano Raúl que lleva toda la vida jugando al futbol y yo viendo como lo hace. Comencé a jugar en el equipo de mi colegio, el Palacio de Granda, después me fui al Juventud Estadio C.F., que era el equipo donde jugaba mi hermano en esa época y donde tenía que jugar con niños. Solamente jugábamos dos niñas en todo el club y no en el mismo equipo. Luego ya me vine para el Real Oviedo Femenino a jugar en un equipo de chicas donde llevo ya cuatro años.
– Empezar de niña en un deporte tan masculino (y muy machista) como el fútbol requiere fortaleza y resistencia ¿es así?
– A veces nos ganan en cuerpo y entonces debes de utilizar la técnica que nos enseñan nuestros entrenadores para poder ganarles. Otras veces somos mayores que ellos y nos los llevamos sin problema. A los niños, casi siempre les molesta que les ganemos y salen muy enfadados del partido. En ocasiones no nos dan ni la mano al final del partido de lo cabreados que van.
– Parece que el fútbol femenino está pegando un estirón importante ¿a qué crees que se debe?
– Cada vez hay más niñas que se animan a jugar al futbol y nuestro primer equipo está muy bien posicionado en la tabla de clasificación, salen en la tele y se dan a conocer. Además, los equipos de primera división femenina lo están haciendo muy bien y son nuestro referente. Para mí es muy importante lo que hacen las chicas mayores del Real Oviedo Femenino. Hay mucho compañerismo.
– ¿Cuáles son ahora vuestros objetivos?
– Trabajar y entrenar para algunos torneos que tenemos en estas semanas, pero sobre todo para una competición muy importante para nosotras, como es la Donosti Cup que se jugará en julio. Nos vamos a ir todas juntas con nuestros entrenadores a enfrentarnos a equipos españoles femeninos grandes como el Osasuna, la Real Sociedad o el Levante. El año que viene cambiaremos de categoría y pasaremos a Infantil de primer año. Va a ser duro porque ya jugaremos en campo entero, que es el doble de grande.
– Supongo que tu relación con Lavares te ayuda a tener una vida saludable y deportiva…
– En Lavares siempre juego al fútbol con mi hermano y mi perra Kira que es un terremoto y le gustan los balones casi tanto como a mí. No es entrenamiento exactamente, pero sí que termino agotada.
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