La Asociación Moscona Antivelutina alerta del aumento de avispones y pide extremar el cuidado para evitar accidentes, alejar a los niños y animales de los frutales y no beber de latas o recipientes que no permitan ver el interior
Más nidos que el año pasado, y árboles frutales con toda la producción afectada. La Asociación Moscona Antivelutina asegura que este verano la presencia de avispón asiático se ha disparado, «nosotros ya no damos abasto. Llevamos noventa nidos eliminados en el concejo contra cincuenta el año pasado en la misma fecha. No sabemos si es porque están adelantados, o si es porque hay muchos más, pero la cosa pinta difícil», aseguran. Ayer, en Rozadas localizaron un peral con todos los frutos que había en el suelo llenas de avispones. «Da respeto acercarse, incluso a nosotros, y eso que estamos acostumbrados a su zumbido. Nos han llamado de Belandres y de Villanueva exactamente para lo mismo. Algunos prueban a espantarlos con humo, otros con agua, y algún peral tiene los días contados», lamentan. Aconsejan tener mucho cuidado con los niños y animales, revisar aleros, tendejones, taludes, desvanes, casas abandonadas, y árboles. «No es fácil, hay que buscar un vaivén de insectos, que es lo que delata el nido, observar la copa de los árboles al amanecer y al atardecer, cuando la luz los ilumina de lado y hace brillar los nidos». También recomiendan no beber directamente de latas, siempre de vasos transparentes que permitan ver el interior. » Los accidentes se van a multiplicar, sin hablar de lo que están haciendo a los insectos autóctonos. Ellos no se quejan, y por su tamaño su desaparición no deja rastro. Nadie se fija en unas alas de abejas en el suelo. Sin embargo esta lleno de ellas. Los avispones las cazan, una a una delante de las colmenas, les cortan la cabeza, las alas y el abdomen, y se llevan al nido el tórax que contiene la proteína para alimentar a sus larvas. Miles de larvas, que comen miles de insectos al día. Y esa es la parte que vemos, que ven todos los apicultores a diario delante de sus colmenas. El resto de insectos desaparece sin que nadie lo vea. Está en peligro un ecosistema entero, y no sabemos cómo acabará, si bien sabemos cómo empezó», reflexiona la asociación, que lucha en primera línea contra la especie invasora.
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