La recreación histórica llenó de color el pueblo y congregó a numeroso público para viajar a 1797
Irene Romero/ Trubia
Al son de los tambores el director y el subdirector de la Real Fábrica de Municiones Gruesas cruzaron el puente y llegaron a la plazoleta de Trubia, para esperar a las autoridades, que arribaron en carruaje, entre ellos Gaspar Melchor de Jovellanos y el obispo de Oviedo, para bendecir la primera colada del alto horno, que recibiría el temible nombre de ‘El Volcán’.
Aquella jornada de decepción de 1797 (la colada salió mal y no se alcanzó la calidad mínima exigida) volvió a revivirse hoy en las calles de la localidad trubieca, ante numeroso público que siguió los acontecimientos gracias a la narración a la que puso voz el periodista de Onda Cero Arturo Téllez. No faltó ninguna de las autoridades que asistieron a aquella histórica ocasión: además del ilustrado gijonés y el obispo con su monaguillo, los jueces de distrito de Oviedo y de Grado y el ingeniero de Marina Fernando Casado de Torres. Por el centro del pueblo llegaron los mineros de Castañeo del Monte, con el mineral de hierro a hombro y en un carro del país tirado por bueyes. Con salvas de honor, y con las vestimentas de la época, perfectamente recreadas gracias a la participación, entre otros, de la Asociación de Recreación Histórico Cultural de Asturias, el horno fue bautizado, encendido y dio el chasco: la primera colada ha fracasado.
Covadonga de la Rúa cerró el acto, cantando el Himno de Trubia, compuesto para la ocasión por Miguel Balladares y Francisco Díaz de Otazu y una vez finalizada su interpretación actuó la Banda de Guerra del Regimiento «Príncipe» nº3, que puso fin a una recreación histórica que llenó de color las calles de la villa, donde volvieron a sonar los cañones.
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