Josefina Fernández Osorio leyó a los escolares del colegio Padre Nicolás Albuerne la obra de coreógrafo Joshua Cienfuegos, que luego charló con los pequeños por videoconferencia

Beatriz Álvarez/ Proaza
Josefina Fernández Osorio leyó a las niñas y niños de Primaria del colegio de Proaza la historia de Kailo y al día siguiente compartieron un encuentro con Yoshua Cienfuegos, autor del cuento. La actividad fue posible gracias al programa Rompiendo Distancias que establece puentes entre diferentes generaciones con la complicidad de las profesoras del colegio Marta Álvarez Álvarez y María del Mar Álvarez Rodríguez. Todos trabajaron juntos para facilitar esta reunión a cuatro bandas entre las niñas y niños del colegio, Josefina que puso voz al cuento, su autor y el protagonista absoluto de las dos sesiones, el pequeño Kailo.

Las profesoras del colegio han valorado muy positivamente el trabajo de los dos días: “El cuento de Kailo les ha gustado mucho y la videollamada con su autor ha sido una actividad muy positiva. Le hicieron un montón de preguntas sobre el cuento que trataba temas muy interesantes como el reciclaje, la alimentación, las diferencias que existen entre todos y que deben ser respetadas ya que ninguno somos iguales, etc.” Cienfuegos, por su parte, contó a los niños que el cuento nace de una representación teatral previa y ellos, muy motivados, le invitaron a venir al cole a escenificarlo y contó para este medio que la mañana había sido muy divertida y muy provechosa. A la directora del centro, María José Nava García, le ha parecido una idea excelente así que probablemente este sea el comienzo de una actividad que se prolongue en el tiempo.

Kailo nació en 2018 de la puesta en escena de una obra infantil coproducida por Rambleta y Yapadú Producciones, que combinaba diferentes lenguajes artísticos con el objetivo de encontrar nuevos formatos escénicos. El espectáculo hacía al espectador partícipe y cómplice de la narración convirtiéndose en un protagonista más inmerso en el hilo narrativo de la propuesta. Los espectadores de la obra se transformaban en observadores activos permitiéndoles vivir la historia en primera persona. Otto tiene una caja de cartón donde se esconde cuando tiene miedo. En su caja de cartón puede pintar las paredes con sus manos, imaginar que se sumerge en las profundidades del océano o incluso volar hasta la Luna de la mano de su amigo Kailo. Kailo ayudará a Otto a superar sus miedos gracias al viaje que harán juntos por su imaginación y creatividad. Los autores incluyeron mensajes tan actuales e importantes como el reciclaje y la alimentación sana, valores a cultivar entre niños y mayores.