Los vecinos denuncian que el camino está en un estado tal que los coches fúnebres no pueden pasar cuando llueve

Redacción/ Grau
Los vecinos de San Martín de Ondes, en Belmonte, cruzan los dedos y miran al cielo cuando tienen un entierro, porque es posible que tengan que llevar el féretro a cuestas, ya que con malas condiciones meteorológicas el camino al camposanto no permite pasar a un coche fúnebre. Los vecinos destacan que el camino, muy empinado, está en estado de abandono, y en algunos tramos se confunde ya con las fincas circundantes, donde hay ganado. «Con lluvia es un barrizal y el coche fúnebre no pasa», denuncian los residentes, que aseguran que han pedido en varias ocasiones su reparación al Ayuntamiento.


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