Los primeros vehículos fueron entregados al Ejército en Alcalá de Guadaira, pero a partir de este mes la producción íntegra de los blindados se traslada a la factoría trubieca, que hoy recibe la visita de los máximos dirigentes de Santa Bárbara Sistemas

L. S. N./ Trubia

El pasado mes de enero el montaje de los 8×8 se trasladó directa e íntegramente la fábrica de armas de Trubia, tras la entrega de los primeros siete vehículos (que se montaron en Sevilla) al Ejército. La planta trubieca está adaptando sus instalaciones, en concreto el taller de Artillería, y ha creado una planta especial para fabricar y montar estos modelos, si bien en un primer momento acudirán desde Alcalá de Guadaira técnicos y especialistas para asesorar e inspeccionar los primeros trabajos. Hoy está prevista la visita de la alta dirección de Santa Bárbara Sistemas para comprobar cómo se está haciendo la integración.

Los primeros 8×8 Dragón fueron entregados al Ejército de Tierra el pasado 20 de diciembre, en un acto presidido por la secretaria de Estado de Defensa, María Amparo Valcarce, acompañada del jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra, general de Ejército Amador Enseñat.

La secretaria de Estado destacó que «la puesta a disposición de las primeras unidades de producción supone un hito de singular importancia para la industria nacional» y ha añadido que «el desarrollo de sistemas tecnológicamente avanzados redundará en el impulso de un sector industrial y de nuestra economía, proporcionando sustanciales retornos económicos de las inversiones realizadas, facilitando una mejor cohesión económica, territorial y de redistribución de la riqueza nacional». Por su parte, el general de Ejército Enseñat, dijo que el 8×8 está llamado a ser la columna vertebral del Ejército 2035, «un ejército moderno, equilibrado y sostenible».

Destacó el incremento de capacidades que proporcionará por su nivel de protección, movilidad y conciencia situacional, y añadió que ahora «toca comenzar a emplearlo, a conocerlo en profundidad, a someterlo a situaciones límite y a evolucionarlo para, manteniendo la colaboración con la industria de defensa, obtener un producto excelente».

Para el Ministerio de Defensa «este desarrollo, totalmente español, cubre las necesidades de Defensa y aporta a la industria nacional soberanía tecnológica sobre una capacidad estratégica que representa un factor diferenciador de cara a su proyección internacional, fomentando el desarrollo de pilares tecnológicos propios».