Publicado el: 08 Feb 2023

Las viseras antialudes del Valle del Privilegio, una deuda pendiente

El desfiladero de Estrechura, en la carretera AS-228 del puerto Ventana, trae de cabeza desde tiempos inmemoriales a Páramo, Villa de Sub y La Focella, y requiere ya un compromiso firme y sin dilaciones

Un alud en la carretera de acceso al Valle del Privilegio.

Leandro Álvarez

El desfiladero de Estrechura que da acceso a través de la carretera AS-228 a los pueblos del Valle del Privilegio (Páramo, Villa de Sub y La Focella) y también salida a la meseta a través del Puerto de Ventana, viene trayendo de cabeza desde tiempos inmemoriales a los habitantes de los tres pueblos del valle; de sobra es por ellos sabido que los valles de Cuevarrubia y Valmayor de este conjunto pétreo,  después de cada nevada y al llegar el conocido “albadio”,  descargan a la carretera con toda su fuerza la nieve acumulada. Aún perdura en la mente de los vecinos aquellas cuadrillas de hombres que en turnos y a golpe de pala rasa desmontaban las impresionantes montañas de nieve y piedra que los aludes depositan en la carretera. Todo esto suponía para los pueblos hasta una semana de incomunicación total con el resto del concejo, y el consiguiente desaprovisionamiento de los vecinos. Por los años 80 la situación dio un salto cualitativo al poder ya ser retirados los aludes a través de paleadoras mecánicas, que venían a aliviar el esfuerzo humano de los vecinos y sobre todo, el tiempo de incomunicación y penuria de los pueblos. 

Ahora con la puesta en marcha por parte del Principado de los nuevos servicios de predicción y alerta de fenómenos metereológicos, cuando los nivólogos predicen los riesgos altos de aludes, la administración recurre como medida preventiva a la señalización  y corte de la carretera mientras dure tal predicción,  con ello la vuelta de estos pueblos a los años de incomunicación y desaprovisionamiento. Cualquier vehículo que no respete esta señalización, además de arriesgarse a la correspondiente sanción, también incurre en la pérdida de cobertura legal en caso de tener algún incidente en el tramo cerrado al tráfico. En definitiva, con esta medida la pelota la deja ahora la administración en el tejado de los vecinos y los  problemas de incomunicación y desabastecimiento también. 

La nueva realidad que vivimos, ya no permite como en aquellos años a los habitantes tener las despensas repletas para ellos y su ganado durante el tiempo de incomunicación; porque la vida cotidiana discurre ahora casi bajo pedido permanente y supeditada a muchas circunstancias como pueden ser la diaria atención médica, domiciliaria, o de aprovisionamiento de personas y animales. 

Los vecinos del valle del Privilegio venimos desde hace muchos años reclamando la instalación de viseras antialudes y métodos de protección que permitan que el desfiladero de Estrechura no sea de por vida la pesadilla de los vecinos de la zona. Cabe recordar que en éstos tres pueblos aún habitan un buen numero de personas que algunos precisan ayuda médica y domiciliaria permanente, también existen cabañas ganaderas que necesitan aprovisionamiento y servicios, negocios de turismo rural que se ven imposibilitados para desarrollar la actividad, o incluso el único local de hostelería en funcionamiento en un pueblo del concejo de Teverga que sufre una importante pérdida de clientes. 

El compromiso de las administraciones con las zonas rurales debería de ser firme y sin dilaciones, y en este caso no puede quedarse en un simple compromiso de “boquilla” con los vecinos del Privilegio que entendemos como una necesidad extrema la instalación de las viseras que den seguridad en este tramo de vía de la AS 228 y al mismo tiempo servicio a los pueblos de esta zona rural.   

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