Gustavo A. Fernández
En el último capítulo del muy recomendable libro de Xuan Cándano No hay país. Crónica política (y sentimental) de Asturias (1975-2022), me encuentro con una agradable sorpresa al leer lo siguiente:
“Y hay otros muchos lugares donde la actividad cultural y el movimiento asociativo mantienen un dinamismo sorprendente, como Grao”.
Xuan Cándano, periodista y escritor de gran prestigio, ya me había trasmitido personalmente unas palabras muy amables hacia la actividad cultural local cuando participó el pasado año en una mesa redonda en el marco de unas jornadas sobre literatura y medios de comunicacioìn celebradas en la Casa de Cultura moscona. Pero lo que no podía esperar era que lo plasmase por escrito, que utilizara a Grado como ejemplo actual en este ámbito cultural y asociativo en un libro que repasa la historia de Asturias de los últimos 50 años, desde la llegada de la democracia a la actualidad.
Gracias Xuan por tu necesario libro, que he disfrutado mucho leyendo, pero gracias infinitas también por esas palabras hacia la cultura de Grado que reconocen el esfuerzo de muchas personas y la confluencia de factores favorables. Como curiosidad puedo añadir que nuestro concejo sólo aparece otra vez más a lo largo de todo el libro, concretamente en el pasaje relativo al 23-F, donde también se menciona a los moscones José Sierra, alcalde de Grado, Plácido Fernández, de CCOO, y Valeriano Lorenzo, alcalde de Tameza, nacido en Boal pero vecino de Grado, incluido en una lista de ochenta personas “a fusilar de inmediato”.
Cándano cita a otros tres moscones más. En la página 203 escribe que “en el XX brilla el nombre del orteguiano Valentín Andrés”. Los otros dos son Fernando Lorenzo como poeta propietario del pub El Paragües de Oviedo y Alfonso Álvarez Miranda “un asturiano de Grao nacido en Cuba que fue ministro de Industria en el último gabinete del dictador”.
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