La asociación por el Patrimonio de Trubia denuncia el abandono del Casino Obrero
APHIT denuncia que desde hace cuatro años hay una malla en la fachada por problemas de desprendimientos, que el mobiliario histórico del centro se llevó en la pandemia a un almacén municipal y que hay goteras en una de las salas
Reclama que el teatro pase a depender de la concejalía de Cultura, y se integre en el circuito cultural del municipio
La malla protectora en la fachada del edificio
Redacción/ Trubia
La Asociación por el Patrimonio Histórico de Trubia denuncia el «abandomo» del Casino Obrero, que en 2018 cumplió un siglo y se integra en Junigro, el poblado obrero más antiguo de Asturias. APHIT ha enviado un escrito al Ayuntamiento en el que alerta de un abanico de problemas, desde el traslado a un almacén municipal del mobiliario antiguo (mesas y sillas) hasta despefectos sin reparar en la fachada, goteras y la devaluación de una de las salas históricas, en la que «se ha colocado, sin ningún gusto estético ni sensibilidad, una máquina expendedora», que antes estaba en un descansillo y cuyo traslado a su ubicación anterior la asociación reclama.
En cuanto a la fachada. APHIT denuncia que en 2019 se produjeron unos desprendimientos y en vez de reparar el problema se optó por colocar una malla de seguridad que cuatro años después se mantiene. El mobiliario, de madera noble, se trasladó durante la pandemia «supuestamente por no cumplir las normas sanitarias, pese a medir las mesas más de dos metros», pero pasada la crisis sanitaria no ha sido devuelto a su lugar. En una de las salas, la de la galería, que según la asociación es la que mejor conserva el carácter histórico del edificio, hay goteras y recientemente se ha instalado una máquina expendedora que la afea, «sin ningún criterio o sensibilidad estética». La asociación pide que se respete su fisonomía, y que se destine a la organización de actos culturales, y no a sala de juegos. Por último, reclama que el teatro que hay en la planta baja del edificio se integre en la red de teatros municipales, que depende de la concejalía de Cultura, y deje de ser gestionado por la concejalía de Centros Sociales, de forma que entre en el circuito de programación cultural de la ciudad.
