«El paisaje fue creado por las generaciones para sobrevivir»

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Salvador Beato, geógrafo, ha analizado la creación del paisaje de Bermiego: «En Quirós y en Bermiego hallé un gran apoyo para investigar»

Salvador Beato

Beatriz Álvarez / Quirós

El geógrafo Salvador Beato se embarcó hace más de doce años en un trabajo de investigación sobre la sierra del Aramo, una montaña que llamó su atención desde que llegó a vivir a Asturias y que le fascinó por su patrimonio y belleza. El estudio se concentró en Bermiego y su paisaje, una obra que acaba de publicar la editorial KRK.

-¿Por qué eligió Quirós y el pueblo de Bermiego? –Básicamente por las facilidades que me brindaron para la investigación. El Ayuntamiento de Quirós me abrió las puertas de su archivo histórico y la directora del Museo Etnográfico, Alva, me brindó toda su ayuda; igual que el vecindario de Bermiego que ya me tenía enamorado por el teixu, el rebollón (hoy desaparecido), sus hórreos y molinos…

-¿Cuándo se realizó y cuánto duró? –El trabajo sobre Bermiego se llevó a cabo la primera mitad del año 2012, pero enmarcado en esa otra investigación sobre el Aramo. Fe un trabajo fin de máster del programa de Historia y Análisis Sociocultural de la Universidad de Oviedo y, después, reelaboré el trabajo para presentarlo a los premios de investigación Rosario Acuña de Gijón, resultando premiado en 2014. Dos años más tarde comenzamos con la edición del libro con KRK y, en todos estos años, ha gozado de varias revisiones que lo han enriquecido (Adolfo García Martínez, Miguel Ángel Poblete Piedrabuena, Xulio Viejo Fernández, el equipo editorial).

-¿Cómo fue el trabajo de campo? –En geografía, el trabajo de campo es lo mejor que hay. El tiempo que viví en Bermiego aproveché para recorrer cada camino y senda de la parroquia, con una cámara de fotos y una grabadora digital que compré con una ayuda de investigación de la Fundación Alvargonzález de Gijón. La gente de Bermiego se portó muy bien conmigo: Eduardo, Fernando, Milagros, Pepín, Eva, José Ramón… Aurelio, que en paz descanse. Charlamos mucho y aprendí todo lo que pude. Por otra parte, el trabajo en el Archivo Histórico de Quirós fue también muy gratificante: no se puede hacer geografía sin historia y, a mí, tanto me gusta caminar, explorar y charlar como descubrir cosas en los archivos. Hacia la administración municipal de Quirós no siento otra cosa sino agradecimiento. Me trataron muy bien, me pusieron todas las facilidades y, además, conservan en bastante buen estado su archivo, a diferencia de tantos otros.

-¿En qué debería fijarme al mirar el paisaje de Quirós? –El paisaje es una construcción cultural. Detrás de todo paisaje está la gestión de ese territorio, incluso si es una reserva natural, lo es porque se valora como algo valioso y hay una decisión de que así lo sea y así se conserve. En el caso de muchos paisajes rurales asturianos, como el de Quirós, podemos ver un medio físico de montaña al que las comunidades humanas se han adaptado y, generación tras generación, desde hace más de 3500 años, han ido dejando su impronta, tratando de sobrevivir y de que sus descendientes pudieran hacerlo también. Los pastos de los puertos del Aramo son una creación humana; en Salcedo se pueden ver sistemas de terrazas agrícolas por encima de los 1400 m de altitud; el paisaje de prados, tierras de cultivo, matorrales y bosques; el enorme patrimonio etnográfico, minero e, incluso, industrial…

-Tratándose de un estudio académico ¿a qué público iría dirigido? –Nació como un trabajo académico pero no por ello deja de ser interesante para cualquier persona que le interese el medio rural asturiano, la construcción del paisaje y la geohistoria de la montaña. Tiene muchas imágenes y es bastante explicativo: habla de historia, geografía, etnografía… y sobre todo del Aramo, de Quirós y de Bermiego.

-¿Hay marcha atrás en la transformación del paisaje por el abandono de la vida rural? –El paisaje es dinámico: si el grupo humano que lo gestiona cambia, el paisaje también lo hace. La sociedad actual no es la de hace 50, 100 o 500 años. Un modelo urbano tecnoindustrial y capitalista se ha impuesto a otras culturas en todo el mundo, haciéndolas desaparecer o reduciéndolas a folclore. Por lo tanto, no hay marcha atrás. Eso sí, lo que venga después está por decidir. Se puede abandonar todo a su suerte, o crear posibilidades para que la gente viva en el medio rural. Para esto último habría que hacer valer los saberes tradicionales, que han sostenido a las comunidades humanas durante siglos en este lugar.. Y sobre todo apoyar el liderazgo de las mujeres.

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