El Principado reclama a la empresa que acometa la reparación de un argayo que afecta a uno de los taludes del depósito, y establece medidas complementarias para reducir los riesgos de contaminación
Redacción/ Grau
El Principado de Asturias ha dado luz verde a la ampliación de la balsa de lodos de la mina de Orovalle, en El Valle, Belmonte de Miranda. La declaración de impacto ambiental, que ya fue aprobada por la Comisión de Medio Ambiente del Principado de Asturias, autoriza el recrecido del depósito, cuya capacidad se aumentará en 30 metros de altura, aunque además de las condiciones incluidas en el documento ambiental de la empresa establece medidas complementarias, destinadas a reducir los riesgos de contaminación, ya que se trata de lodos cianurados procedentes del proceso de extracción de oro.
Así que la resolución, publicada en el BOPA, obliga a aplicar, además de las medidas del estudio ambiental, otras condiciones. Entre ellas está la retirada de un argayo que afecta a una de las paredes del talud, por lo que da indicaciones para «la estabilización del talud, retirada del argayo y revisión del estado de la lámina de impermeabilización del depósito de lodos». El argayo se produjo en agosto de 2021, y el Principado pide que «las labores de estabilización» se acometan «a la mayor brevedad posible, de acuerdo con el proyecto autorizado por el órgano competente en materia de seguridad minera, de manera que pueda abordarse el recrecimiento de la balsa de lodos en las adecuadas condiciones de seguridad para las instalaciones y los equipos materiales y personales implicados en los trabajos». Añade la resolución que «deberá procederse con la mayor rapidez que sea técnicamente posible a la retirada de los materiales arrastrados por el argayo, y que actualmente impiden el recrecimiento de la balsa de lodos. Se revisará la zona de contacto del argayo con la lámina de impermeabilización en la zona expuesta al argayo, en la máxima extensión que sea técnicamente viable en condiciones seguras. Donde, en su caso, la lámina se haya visto deteriorada por el arrastre de materiales se procederá a la reparación de la misma de forma que quede garantizada la impermeabilidad del depósito de lodos. Estos trabajos serán realizados por empresas especializadas que aportarán los correspondientes certificados de ejecución de los trabajos».
Establece además que todos los materiales de desmonte que se generen en estas obras se depositen «en lugares habilitados para ello dentro del perímetro de la explotación minera autorizada», y que se hagan controles sobre estos materiales para ver si pueden producir lixiviados, es decir, material líquido que pueda filtrarse al entorno. «En el caso de que los lixiviados de las escombreras pudiesen producir riesgo de contaminación sobre las aguas subterráneas o superficiales se procederá a la modificación del Plan de Restauración que aborde las condiciones de sellado de las escombreras», añade el informe, que pide además estudios para controlar posibles afecciones a las aguas, con especial atención al arroyo Arrioxo. Obliga también a definir un nuevo Plan de Restauración, y a volver a calcular el aval depositado ante la Administración, ajustándolo al nuevo presupuesto, que para la balsa de lodos supera los cinco millones de euros.
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