Adonina Tardón: «En Samartín de Ondes, en Belmonte, me siento en casa»

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La catedrática de Medicina Preventiva de la Universidad de Oviedo, de familia paterna belmontina, pregona el viernes las fiestas de San Antonio

Adonina Tardón

Magdalena Martín Blanco/ Belmonte

Adonina Tardón, catedrática de Medicina Preventiva de la Universidad de Oviedo, mantiene fuertes lazos con Belmonte de Miranda, concejo de su padre, natural de Samartín de Ondes. Tardón, que el viernes pronuncia el pregón de las fiestas de San Antonio (20,00 horas), habla en esta entrevista mantenida con la concejala de Cultura, Magdalena Martín, sobre el concejo y sobre su trayectoria familiar y laboral.

-¿Cuál es su vinculación con el concejo de Belmonte de Miranda?

-Mi vinculación con el concejo de Belmonte deriva de que mi padre, José Antonio García Fernández, nace en 1921 en la aldea de San Martín de Ondes. Mi familia paterna es toda de esta preciosa aldea del Cconcejo. Mis hermanas y yo, como muchos hijos e hijas de emigrantes, pasábamos muchos veranos en la aldea recorriendo caminos, descubriendo la vida de los paisanos en Asturias. Y es en este pueblo a casi 700 metros de altitud y con unas vistas inigualables, donde me siento en casa, y por ello vengo siempre que puedo.

-¿Qué se siente al ser elegida Pregonera de las fiestas?

-Para mí es un gran honor poder expresar la influencia que mi padre ha ejercido en mi vida. Mi padre estaba dotado de la hidalguía natural que poseen los habitantes de Samartín, orgullosos e indómitos asturianos, montaraces y atractivos por su inteligencia natural, que actualmente conforman junto a otros pueblos, el último recurso de la Asturias ganadera extensiva. Ganadería extensiva que es crucial para la alimentación natural y que cuida de la salud del ser humano y del planeta.

-¿Cuál fue el motivo por el cual se decidió por estudiar medicina?

-Por vocación. Mi madre, Rosario Tardón, era administrativa del INSALUD en Madrid (nuestro SESPA) y yo durante los veranos trabajaba como becaria en un ambulatorio, allí se despertó mi vocación viendo a mi madre y sus compañeros. Yo estudié Preuniversitario, el Preu y al acabar no tuve duda alguna haría Medicina y eso hice. Después durante la carrera hice prácticas en el Laboratorio Municipal de Higiene de Madrid, durante el brote de meningitis meningocócica de los años 70 lo cual despertó mi amor a la medicina preventiva y a la salud pública que no me ha abandonado nunca.

-¿Qué le gusta más, ejercer la medicina, la docencia o la investigación?

-Mi especialidad es Medicina Preventiva y Salud Pública, como he dicho, por ello he trabajado en la administración sanitaria central y autonómica. He trabajado en la Escuela Nacional de Sanidad en Madrid, en el Ministerio de Sanidad en Madrid y en la Consejería de Sanidad en Asturias. Pero es inevitable si amas tu especialidad que te atraiga la docencia y la investigación. La docencia ha sido la parte más gratificante de toda mi vida profesional, ya que la docencia tiene un extra que es imbatible, y ese extra son los alumnos. Cada año te enfrentas a jóvenes que inician su formación universitaria y los ves crecer como profesionales. Los momentos más impactantes de mi vida profesional van de la mano del descubrimiento de la riqueza personal e intelectual que los jóvenes universitarios me han enseñado. Siempre abiertos, agradecidos, curiosos y deseosos de conocer tu opinión. Esta es la clave por la cual un profesor universitario debe realizar investigación para poder tener ante cualquier problema una opinión científica fundamentada. Por ello docencia universitaria e investigación son inseparables. En mi caso ya no me planteo el trabajo sin la investigación.

-¿Qué significó para usted ser la primera mujer Catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Oviedo?

-Una gran alegría poder ofrecer a mis padres José Antonio y Charo un mérito que era totalmente de ellos. Nosotras, mis hermanas y yo nacimos en una época en que las mujeres, si estudiaban carreras era pensando que el matrimonio era su futuro de vida. Mis padres sin embargo pensaban y así nos educaron que una mujer tenía el deber y el derecho de ocupar un papel preponderante en la rama universitaria, científica o profesional que amara. Mi hermana María Blanca, ya jubilada, ha sido maestra en el Ayuntamiento de Madrid, mi hermana Susana es psicóloga y coordinadora en el Centro de Salud Mental de Cangas del Narcea. Y yo catedrática de Medicina Preventiva, lo dicho, mérito de ellos.

-¿Qué retos se plantea para el futuro?

-Actualmente estoy inmersa en un proyecto de investigación pionero que va a suponer un cambio de paradigma de actuación en salud pública. Nos han concedido un proyecto europeo de Mission Cancer para abordar por primera vez en España y Europa la prevención primaria del cáncer de estómago durante la revisión que se realiza en los servicios de prevención en el trabajo a todos los trabajadores. Se va a determinar infección por Helicobacter Pilory (Hp) en trabajadores sanos aprovechando el reconocimiento médico laboral. Porque el Hp se considera que está implicado en el 90% del cáncer de estómago. En una primera fase en Asturias se espera la captación, participación, realización del cribado, tratamiento de los trabajadores positivos y la erradicación de la infección en unos 1000 trabajadores y sus familias del área sanitaria III y I de Asturias. Con esta actuación tenemos la posibilidad de interrumpir la circulación de la infección por H pylori, proporcionando un beneficio de alto impacto en salud para la población trabajadora, para sus familias y, a largo plazo, para las nuevas generaciones.

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