Personalizar las preferencias de consentimiento

Usamos cookies para ayudarle a navegar de manera eficiente y realizar ciertas funciones. Encontrará información detallada sobre cada una de las cookies bajo cada categoría de consentimiento a continuación.

Las cookies categorizadas como “Necesarias” se guardan en su navegador, ya que son esenciales para permitir las funcionalidades básicas del sitio web.... 

Siempre activas

Las cookies necesarias son cruciales para las funciones básicas del sitio web y el sitio web no funcionará de la forma prevista sin ellas.Estas cookies no almacenan ningún dato de identificación personal.

No hay cookies para mostrar.

Las cookies funcionales ayudan a realizar ciertas funcionalidades, como compartir el contenido del sitio web en plataformas de redes sociales, recopilar comentarios y otras características de terceros.

No hay cookies para mostrar.

Las cookies analíticas se utilizan para comprender cómo interactúan los visitantes con el sitio web. Estas cookies ayudan a proporcionar información sobre métricas el número de visitantes, el porcentaje de rebote, la fuente de tráfico, etc.

No hay cookies para mostrar.

Las cookies de rendimiento se utilizan para comprender y analizar los índices de rendimiento clave del sitio web, lo que ayuda a proporcionar una mejor experiencia de usuario para los visitantes.

No hay cookies para mostrar.

Las cookies publicitarias se utilizan para entregar a los visitantes anuncios personalizados basados ​​en las páginas que visitaron antes y analizar la efectividad de la campaña publicitaria.

No hay cookies para mostrar.

Trumpiales

Inicio Proaza Trumpiales
Juan Carlos Avilés

[Total, pa ná]

Apareció como surgido del Olimpo de los aguafiestas; como un Donald Trump del balompié; como un Jesús Gil en el yakuzzi-gineceo del triunfalismo hortera y mentecato, rodeado de sirenas cloradas lubricándole las grasas de jamón patanegra. Ya no queremos eso. Ya no necesitamos alentadores y adalides del machismo leninismo con el cerebro en el paquete, robapicos por derecho de pernada, defensores de un mundo que no se mide por el Sistema Métrico sino por los treinta centímetros del bien dotao. Buscadores de afinidades entre las legiones de patéticos machirulos que corean, como último y único recurso, a los fanfarrones de pacotilla envueltos en masa genital. Ya no nos valen. No nos hacen falta. Ya estamos en otra.

Ante el estupor de propios y extraños me tragué con inusitada atención el discursito de marras del tal Rubiales (o Trumpiales, como le llaman algunos) en esa Federación de la que parecía iba a dejar de ser presidente. Y no fue así. “¿Pero Avilés, que haces tú oyendo eso?”, me decían a sabiendas de que si hay algo que me interesa poco o nada en esta vida es el fútbol. Pero sí los mecanismos que mueven a los presumibles cerebros para hacer esto, lo otro o lo de más allá. Y no me decepcionó lo más mínimo, porque sostengo con fe ciega que la cara es el espejo del alma. En un discurso que parecía extraído de un mítin de Vox explicó, con más aguijones que pelos en la lengua, los motivos por los que no le salía de los mismísimos dimitir, al contrario de lo que hubiera hecho cualquier bien nacido con un mínimo de dignidad. ¡Bravo, señor Trumpiales! Ha dejado bien claro que, con un argumentario como tal, y sin pizca de empatía, espíritu conciliador y conciencia de por dónde va el siglo XXI, la gente como usted está de más. La selección femenina ha demostrado, sin duda, ser una campeona como la copa de un pino. Y usted, señor mío, un impresentable de campeonato

Deja un comentario

La dirección de email no será publicada.