Publicado el: 03 Oct 2023

Hosteleros de Somiedo impulsan la recuperación del caleiro de La Roza

El yacimiento estaba comido por la vegetación y prácticamente invisible para el visitante durante gran parte del año

El calero se encuentra muy cerca del Coto de Buenamadre

Manuel Galán / Somiedo

Aprovechando que recientemente se financió la rehabilitación de una cabana de teito pública situada en el pueblo del Coto de Buenamadre, desde la asociación de hostelería y servicios turísticos de Somiedo se solicitó a los gestores del Plan de Sostenibilidad Turística, en concreto, el Ayuntamiento y Parque Natural somedanos, la limpieza del entorno de un caleiro próximo al pueblo, que ya ha sido ejecutada. Es uno de los dos que estuvieron activos, pero del segundo no se conoce su ubicación exacta. No hay ningún vecino que conociera activo el caleiro. Según contaron, ellos ya iban a buscar la cal a Villablino, pero saben de su existencia porque se lo contaron y escucharon a sus mayores.

Pero, ¿para qué servían los caleiros?

Los caleiros u hornos de cal, según se detalla en los paneles informativos situados a pie del caleiro cercano a Coto de Buenamadre, se utilizaron tradicionalmente para la producción de cal mediante la calcinación de la piedra caliza. Su origen data de la época romana con una estructura y funcionamiento similar a pesar de algunas diferencias regionales en el diseño. El modelo romano original era el de un horno intermitente que se alimentaba con combustible vegetal. Éste, se mantuvo sin cambios en Asturias hasta, posiblemente, el siglo XVIII, cuando en concejos del centro de la región el carbón sustituyó a la leña como combustible. En la década de 1960 los caleiros tradicionales dejaron de utilizarse al producirse la cal en hornos industriales. Además, y aunque en Somiedo existen algunos topónimos que hacen referencia a la presencia de los caleiros, son pocos los que se identifican en la actualidad y es difícil encontrar menciones a su uso o existencia. Esto hace suponer que fueron utilizados por un periodo de tiempo corto.

Muchos usos

El principal uso de la cal común era para materiales de construcción, desplazada en el siglo XIX por la cal hidráulica y ésta, en el siglo XX, por el cemento. Blanqueo de fachadas, desinfección de superficies, tratamiento de plagas de cultivos o fertilizante para las tierras de cultivo fueron otros usos entre los siglos XVIII y XX conocidos en nuestra región.

La cal que se saca del horno es anhidra, informa el panel situado a pie del caleiro, y se conoce como cal viva. Por otro lado, según la cantidad de impurezas de la piedra caliza original, se obtiene cal crasa, muy pura, o árida, de menor pureza. El caleiro situado en el camino del Coto al Valle, comido por la vegetación y prácticamente invisible para el visitante y la vecindad de Somiedo hasta el mes de junio, queda ahora a vista de quien se adentra en el bosque por el antiguo camino que conduce del Coto a la laguna del Valle de Lago. Un sendero precioso que se va abriendo al majestuoso paisaje de este espectacular valle glaciar. El caleiro está situado a escasos 500 metros del pueblo del Coto y es que, antaño, bajaban la madera rodando a través de los treiteiros, tres líneas paralelas en el monte por donde echaban los troncos a rodar y que estaba situado en un claro abierto en la ladera de la montaña frente al pueblo. Cortaban los troncos y, desde ahí, los echaban a rodar. El caleiro era, claro, un espacio comunitario del que se beneficiaba todo el pueblo.

Panel informativo

Con el apoyo del Plan de Sostenibilidad Turística, el entorno del caleiro se limpió y desbrozó, instalándose un panel informativo. Curiosamente, a los tres días de su inauguración, un oso que pasó por delante dejó la marca de sus garras en el lateral de madera del panel, aún visible para el visitante. La recuperación de nuestro patrimonio nos permite recobrar la importancia de los valores comunitarios de quienes, no hace tanto, habitaron este territorio en armonía y comunión con el paisaje que, además, les proporcionaba un modo de vida sostenible. Una sencilla acción de recuperación con un gran impacto en el conocimiento de nuestra tradición.

Deje su comentario

La Voz del Trubia