Publicado el: 31 Oct 2023

Casa de Donato el Portiello

En San Marcelo, Doriga, al pie del Camino de Santiago, se alza la casa de aire indiano edificada en 1921 por Maximiliano García

La casa, edificada en 1921 / Javier F. Granda.

Javier F. Granda / Salas

[Edificios con historia]

Esta casona de aire indiano, construida en 1921 a pie del Camino de Santiago que desciende de Cabruñana a Doriga, fue mandada edificar por Maximiliano García, emigrante a Cuba, donde tenía negocio de tabaco. Así lo relata el vecino Fernando Fernández Álvarez que conserva una memoria lúcida sobre las diferentes generaciones que la habitaron. Se encuentra anexa a la casa vieja, hoy colapsada, origen y núcleo de la familia, y al edificio donde se instaló la fragua de Casimiro Fernández Echevarría quien casó con Concepción, nieta de Maximiliano, hija de Donato y María. Aun los descendientes de estos conservan la propiedad. Emplazada en paralelo al camino y de planta ligeramente rectangular, dispone su fachada principal al norte. Esta fachada se encuentra ordenada en tres ejes verticales, quedando el acceso principal en el eje central de simetría. Se trata de la fachada en la que mejor se ordenan los vanos. Disponía de galería en esquina a paño con los lienzos, en plantas primera y segunda de las fachadas sur y oeste, que fue cegada, pudiendo observarse hoy la huella en el enfoscado de cemento. Con tres alturas (baja y dos plantas) que quedan delimitadas por línea de impostas de sillería entre ellas, se levanta con sillares labrados de buena calidad, quedando a la vista en zócalo, recercos de vanos y esquinales. Sobre la puerta principal, en cuyo dintel con clave central marcada se aloja la data de su edificación, se dispone un balcón en voladizo en sillería labrada y con decoración en ménsulas portantes, quedando rematado con antepecho de forja y motivos geométricos que se observan en todo el repertorio de vanos que se disponen en cada uno de los flancos. Sobre el mismo eje y en planta segunda, el vano se duplica dando como resultante dos balcones pareados más estrechos y con antepechos de forja, de los que arranca en su base una mínima ménsula en sillería labrada. El ancho de estos balcones de la planta segunda es menor que en el resto de las plantas y en el costado oeste se advierte el empleo de ladrillo en las jambas y dintel, al menos desde el arranque a media altura, lo que hace pensar en la necesidad de aligerar cargas. Dispone de un alero corto en madera, poco sobresaliente, en el que se insertan ménsulas en forma de canecillos en todo su perímetro. La cubierta se hace a cuatro aguas rematada en cumbrera corta, cubriéndose con teja plana y un casetón hacia el norte que sirve de entrada de luz y ventilación. Los desconchados en las cargas son predominantes y afean la edificación que requiere la reposición de enfoscados con morteros originales. El edificio no sufre ningún fallo estructural ya que a la vista de todo el sillar que queda descubierto, no se advierten grietas y la verticalidad en los lienzos es tan exacta como lo fue en origen. La altura la hace destacar sobre el entorno construido en el que predominan edificios de planta baja o dos plantas y buen número de paneras, graneros y otros auxiliares agropecuarios. En el flanco de poniente, existe un acceso a un espacio bajo la rasante que parece sirvió para la guarda de animales, destacando el dintel que queda a la vista. En la trasera, hacia el sur, se ubica un auxiliar tan solo distanciado unas cuartas, y a unos metros los restos del caramanchón de la panera y su escalera en piedra. Un camino de paso la comunica en su trasera con la cercana capilla de San Marcelo, que tiene su origen en el siglo XVI. Se recoge este edificio en el Catálogo Urbanístico de Salas con un grado de protección ambiental. Si bien la casa mantiene su solidez constructiva, resulta urgente intervenir en la cubierta, original de época, y en el enlucido de todo el conjunto, para evitar la pérdida de una edificación de gran interés en un núcleo que se distingue por su calidad edificatoria y ambiental.

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