Los pequeños del concejo llenaron las calles de alegría y color con sus disfraces en el último día de Antroxu
Carlos Bernal / Cangas del Narcea
Decenas de niños y niñas ponen fin con su icónico concurso de disfraces en la plaza de la Oliva, a cinco días de carnaval y folixa organizados desde el Ayuntamiento en colaboración con APESA y la Junta Local de Hostelería de Cangas.
El clima, más propio de verano que de invierno, ha acompañado este último día de carnaval en Cangas del Narcea, brindando a sus vecinos más pequeños y a sus familias una jornada cálida y soleada este martes 13 de febrero. En la plaza de la Oliva, niños y niñas de todas las edades y lugares del concejo se han reunido para participar en el concurso infantil de disfraces, marcando así el cierre de cinco días de fiesta carnavalesca que comenzaron el viernes 9 de febrero.
Las suaves temperaturas y el cielo despejado han permitido que incluso los más mayores se unan a la diversión, recordando sus propias experiencias de carnaval mientras observaban a sus descendientes desfilar con disfraces cada vez más creativos y variados. “En nuestra época no había tanta variedad de disfraces: nos poníamos máscaras y pedíamos el aguinaldo por los pueblos”, recordaba Marí Carmen Fernández a su amiga Oliva Corros mientras veían corretear a sus nietos y bisnietos disfrazados “de algún superhéroe” desconocido para ellas.
Medusas y piratas, princesas y policías, flamencas, guiris, payasos, hippies y hasta abejas con varita mágica completaron la rica variedad de disfraces que inundó el centro de Cangas. “Somos un grupo de guiris dando un paseo por primera vez por la villa”, explicaban un grupo de padres e hijos de la parroquia de Rengos. Armados con palos selfies, cámaras fotográficas y calzado cómodo (chanclas y calcetines) escenificaban de manera muy convincente una de las escenas cada vez más típicas del verano en Cangas. Mientras, escuchaban con atención a su guía turística ‘Rita’, quien repasaba en alto las fechas de construcción de la basílica de Santa María Magdalena. Mientras, las monitoras de la ludoteca municipal se encargaban de hacer tiempo antes del certamen, entreteniendo con un escondite inglés a los que se iban inscribiendo en el concurso. Por su lado, panadería Penlés se encargó de dar el toque dulce a la tarde ofreciendo una chocolatada.
La concejala de festejos, Alba García, y la responsable de prensa del Ayuntamiento cangués, Belén Hidalgo, junto al empresario Óscar Arbas, en representación de la Asociación de Pequeños Empresarios del Suroccidente de Asturias (APESA), compusieron el jurado responsable de la siempre difícil tarea de elegir a los ganadores entre las numerosas propuestas originales.
Ambas instituciones junto a la Junta Local de Hostelería de Cangas, fueron los organizadores de esta edición del carnaval, en el que han colaborado a su vez más de treinta pequeños comercios del concejo.
Cinco días de concurso de disfraces, batucada y menús de antroxu
Bajo el lema «El carnaval de vuestras vidas», el carnaval de Cangas del Narcea, comenzó el pasado viernes 9 de febrero con una ruta de pinchos por ocho clásicos de la hostelería canguesa: Café Madrid, pub History, restaurante Del Río, StreetFood, Casa Parla, Café del Carmen, Bar Blanco y Sidrería Suiss.
El sábado 10 de febrero, el grupo ‘Samba Do Cimeiro’ despertó a los vecinos cangueses a ritmo de batucada para celebrar desde mediodía el día grande de la festividad con una sesión vermut por sus locales asociados. La lluvia respetó a medias el epicentro de la fiesta carnavalesca canguesa. Sin embargo, la bajada de temperaturas invitó a sus asistentes a degustar los menús de antroxu que ofrecieron los restaurantes de la Junta Local de Hostelería a lo largo del fin de semana. Con el potaje de berzas, típico del concejo, como plato estrella. “El auténtico y original”, subrayaba José Manuel García, presidente de la Junta, mientras removía el suyo en una gran pota en la cocina abierta de su restaurante, sidrería Suiss. “Está perfectamente equilibrado: poca patata, mucha berza, alguna fabina y compango de primera calidad”, resumían sus clientes atraídos al interior del local por el aroma que emanaba hasta la calle.
El punto culminante llegó con el desfile popular de disfraces que recorrió el sábado por la noche las calles del casco histórico de Cangas: desde la plaza del Ayuntamiento pasando por la calle Uría y culminando en la plaza de la Oliva, donde se celebró un concurso entre los adultos que ofreció premios generosos a los disfraces más originales elegidos por el jurado. El ambiente festivo y la creatividad de los disfraces de adultos y pequeños, así como el gran hacer de la hostelería y el comercio cangués, han dejado una vez más una impresión duradera en la comunidad canguesa y sus visitantes, marcando este carnaval como uno de los más memorables hasta la fecha.
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