Por Luis G. DONATE

Bienvenidos un mes más a este nuestro rincón de tertulia y reflexión. Quizá, cuando estas letras vean la luz, aún quede por aquí alguna torrija que se haya emboscado intentando retrasar lo inevitable. Sed libres de serviros alguna si es que la encontráis. Una vez hecho este preámbulo, cómico a la par que gastronómico y encontrándoos bien a todos, os propongo empezar. Creo que el asunto de hoy os resultará interesante.

Vengo con intención de hablaros del arroz. El originario de la India, a pesar de que su domesticación empezó más tarde, en China, y según los censos es el segundo cereal más cultivado del después del trigo. Todos conocemos alguna de sus variantes, desde el “arroz con” a la paella pasando por el arroz con leche. Lo hay basmati, redondo, integral, dulce, rojo, salvaje e incluso bomba. Existen auténticos filósofos a la hora de preparar este alimento, capaces de producir auténticos manjares. Otros, como el que suscribe, se contentan con ceñirse a esa antigua regla que asegura el éxito si por cada taza de arroz se añaden dos de agua. Básico, sencillo y sin fallos, lo demás del arroz no es sino acompañamiento. Sean gambas o salchichas siempre encontrará adeptos. Hablamos de un miembro de la familia de las gramíneas que a pesar de su humilde papel en nuestras mesas, en su día fue símbolo de riqueza, pues tanto en China como en Japón, los estipendios de los nobles se calculaban a razón de cuantas medidas de arroz produjesen sus tierras. Dejando atrás los ecos que evocan a los samuráis, se trata de un gran alimento. Calma un estómago rebelde, sacia y si a uno le gusta el dulce puede incluso preparar con él uno de los postres más deliciosos que el hombre ha concebido jamás. Hasta tal punto llega, que en su día fue el regalo de un rey, en la época de los reinos de taifas.

Hasta aquí llega mi oda al arroz. Espero que os haya resultado tan instructiva como entretenida y que ahora mismo, sintáis la irrefrenable necesidad de poneros a experimentar entre fogones con este versátil ingrediente. Salga lo que salga de dichas pruebas, disfrutadlo. Quedo a vuestro servicio hasta la próxima.