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Balbino Menéndez deja una huella de ‘fierro’

Banda de Gaites Camín de Fierro

En la seronda de 2001, en la Casona de Ingenieros de Entrago (Teverga), arrancaron los prime-ros ensayos de la Banda Gaites Camín de Fierro, dirigida por Balbino Menéndez Suárez (Saba-día, 1977). La primera actuación fue en Santa María de Trespena un año después. A partir de ese momento y durante sus más de 20 años de recorrido, la banda no dejó de crecer tanto a nivel musical como humano. Además de realizar innumerables actuaciones en los concejos de Proaza, Santo Adriano y Teverga, de donde son originarios muchos de los antiguos y actuales componentes, “Camín de Fierro” tuvo el honor de representar a nuestros valles en festivales por toda la geografía española y también fuera de nuestras fronteras, como Lorient (2014, 2023), Confolens, Guin-gamp o Gap, e incluso realizó una gira por Argentina (Buenos Aires, Santa Fe, Rosario y Paraná) en el año 2014. En el año 2012 vio la luz el primer disco de la formación, “Diez años nel Camín”, pre-miado con el AMAS en la categoría de Gaita en 2013 y que también recibió el premio de la crítica RTPA. En julio de 2022 se presentó el segundo, “Rock & Fierro”, en el que se consiguió fusionar el sonido de una banda de gaitas con una banda de rock y que incluye el tema “Flacos y ensín peinar”, premio AMAS en la categoría Canción Folk.
A lo largo de la historia de Camín, un gran número de músicos han ido formando parte de la banda, muchos de ellos crecidos en la Escuela de Música de los Valles, y otros llegados de dife-rentes partes de la geografía asturiana. Lo que siempre se mantuvo inalterable fue la cabeza visible de la formación, su director, Balbino Menéndez, que ahora se despide después de todo este tiempo dedicado en cuerpo y alma a este proyecto, que compagina con su trabajo como profesor en la Escuela de Música Tradicional Asturiana de Oviedo y sus labores de investigación sobre la gaita, recogidas en varias publicaciones. Maestro gaitero con el que aprendieron muchos de los componentes, trabajador incansable, músico perfeccionista y director carismático, Balbo dice irse agradecido por el tiempo compartido con toda la gente que pasó por Camín y por la confianza depositada en él, tranquilo por haber trabajado con esfuerzo para dejar a la banda en la situación en que ahora se encuentra. Si algo le caracteriza es su humildad y con ella por insignia se despide de un proyecto de media vida; deja una huella imborrable en todos y cada uno de los componentes y ex componentes de la formación, de los que siempre consiguió sacar lo mejor y un sinfín de recuerdos y anécdotas que ya forman parte de la historia de Camín de Fierro. Las personas van y viene y Balbo nunca se consideró imprescindible, pero puede estar seguro de que su trabajo, su dedicación y su buen hacer, además de su capacidad para hacer grupo, marcarán para siempre a todos los que tuvieron la suerte de tocar bajo su dirección.

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