Bermiego, Grado, Salas y Siones presentan su candidatura a ‘Pueblo Ejemplar de Asturias, destacando no solo sus aspectos estéticos sino el empuje de sus comunidades
Fernando Romero / Grau
Cuatro localidades (dos villas y dos pueblos) han trabajado duro en los últimos meses para poder presentar en tiempo y forma su candidatura al Premio Pueblo Ejemplar de Asturias que concede anualmente la Fundación Princesa de Asturias. Se trata de Grau y Salas y de Bermiego (Quirós) y Siones (Oviedo). Sus candidaturas tienen que competir con 25 aspirantes más de toda Asturias. Otro de los pueblos de la comarca que había optado en varias ocasiones, Banduxu (Proaza) sin embargo no está en el listado este año, tampoco Villanueva de Santo Adriano que se presentó en la anterior convocatoria. El plazo límite de presentación de candidaturas finalizó el pasado 11 de julio. Este premio se concede al pueblo, aldea, núcleo de población, espacio paisajístico o grupo humano del Principado de Asturias que haya destacado de modo notable en la defensa y conservación de su entorno natural, ambiental, de su patrimonio histórico, cultural o artístico, en iniciativas de impulso económico y social o en la realización de obras comunales u otras manifestaciones de solidaridad sobresalientes. El Premio al Pueblo Ejemplar de As-turias consta de un diploma acreditativo, una placa conmemorativa y una dotación de cuarenta mil euros (40.000 €).
Bermiego
Esta es la primera vez que se presenta a este pueblo colgado en la cara sur de la sierra del Aramo, iniciativa que surgió de la quirosana Aurina Fernández con la colaboración de Belén González, Xulio Viejo y Roberto Fernández Osorio, cronista oficial de Quirós y el apoyo del Ayuntamiento. «Destacamos el entorno natural, el patrimonio histórico y cultural, la sostenibilidad de la economía tradicional, la solidaridad y participación comunitaria apoyada por un grupo de vecinos», explica su promotora.
Siones
La Asociación de Vecinos de Siones presentó también el proyecto para proponer su pueblo, en el valle de Las Caldas, a Pueblo Ejemplar de Asturias. Motivos tienen de sobra: se han unido para restaurar su patrimonio local: dos lavaderos tradicionales, en La Vallina y en El Reguero y tienen además muy cuidado el en-torno del Caleru del Visu, incluido desde 2015 en el inventario del Patrimonio Cultural de Asturias. Cuentan con 17 hórreos y paneras en uso, han restaurado las capillas del Carmen y de San Miguel, por parte de los vecinos.y atesoran dos castros de gran interés arqueológico, el Castro del Picu Castiello de Pozoval y el Castro del Picu Constancio. Además dos rutas verdes que atraviesan Siones, la Ruta de la Salamandra y la Ruta del Buitre. La comunidad vecinal recuperó además la procesión de Semana Santa y las fiestas del pueblo. Por último, cuentan con una biblioteca abierta en los soportales de la Capilla del Carmen y un búnker de la guerra civil.
Panorámica de Grau / Sánchez
Grau
La Asociación de amigos de Grado presentó también (por primera vez) a la Fundación Princesa de Asturias la candidatura a ‘Pueblo Ejemplar’, un proceso para el que ha contado con numerosos apoyos, según destaca el presidente de la entidad moscona, Manuel Fernández. «La preparación de la candidatura ha resultado una experiencia extraordinaria por la adhesión y el apoyo de una gran cantidad de asociaciones culturales, deportivas y de todo tipo dentro de la comarca. Es, sin duda, un hecho relevante para Grado, ya que ha servido para crear una ilusión extraordinaria y darse cuenta de lo que tenemos, que es mucho: tradición, cultura, deporte, trasvase de conocimiento, territorio, ubicación, futuro y un largo etc. El mercado más antiguo de Asturias, la distinción como “Villa Europea del Deporte” en 2024.
El enorme asociacionismo y la acción conjunta, nos hace fuertes pero lo más importante somos las personas que vivimos, trabajamos o visitamos este hermoso lugar de Asturias que es Grado», valoró Fernández tras la presentación oficial. A su juicio la villa «cumple sobradamente» con todos los requisitos para obtener el galardón, entre ellos una comunidad vecinal muy activa y una fuerte identidad local. Grado está en un momento de inflexión y nos parece importante optar a este premio, para el que el concejo tiene sobrados méritos», añadió Fernández.
Salas
La candidatura la presenta la Asociación de amigos del paisaje de Salas como otros años, excepto los últimos dos que, debido al fallecimiento repentino de su presidente, Juan Arango, se tomaron un tiempo para reorganizarse y en su lugar lo presentó la comisión de fiestas de Salas. En esta edición han reeditado el documento que solían presentar haciendo hincapié en el asociacionismo de Salas, el mantenimiento del patrimonio monumental de la villa por parte de los vecinos, la digitalización de sectores importantes para el concejo como la ganadería y la agricultura y la acogida de vecinos y comercios del camino Primitivo y se ha remarcado el carácter reivindicativo que mantuvo la ciudadanía salense tanto en los problemas que hubo con el argayo y el puente de La Barrosa, así como con el cierre de Danone.
Tineo y Somiedo, los más premiados
De la comarca, los concejos que han recibido más galardones del Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias son Somiedo y Tineo. Villar de Vildas (Somiedo) recibió el galardón en 2004, mientras que Santa María del Puerto en 2021.
Tineo también fue reconocido por la Fundación. El pueblo del general Riego, Tuña, fue premiado en el año 2000, mientras que Navelgas recibió el galardón tan solo tres años después, en 2003. Otros concejos de la comarca premiados fueron Teverga (a su comunidad vecinal) en 2013 y Mual, en Cangas del Narcea en 2018.
Santa María del Puerto, el último Desde hace dos años ningún pueblo de la comarca recibió el premio. El último, en 2021, fue Santa María del Puerto, en Somiedo.
El jurado valoró la historia y el esfuerzo de los vecinos por la supervivencia en este pueblo de alta montaña, a 1486 metros de altitud, lo que hace que las condiciones de vida de sus habitantes sean muy duras, sobre todo en invierno.
La historia de El Puerto como pueblo se remonta al siglo XIV, ligada a los vaqueiros de alzada y al desarrollo de la ganadería. En esa época los vaqueiros empezaron a practicar la trashumancia para criar ganado entre los pastos de El Puerto, que en su mayoría eran propiedad de los monasterios, y los pastos bajos, en Belmonte y Salas, principalmente. Tras el paso de las praderías a la nobleza y las grandes familias en el siglo XV, los vaqueiros de El Puerto iniciaron una lucha para hacerse con su propiedad, conocida como Revolución de los Cercados, por el cerramiento de parcelas que llevaron a cabo, visible aún en la actualidad, y que permitió su consolidación como pueblo. Utilizaron los pastos alejados como espacios comunales para el ganado regidos por una junta vecinal y los cercados para recoger hierba y realizar plantaciones. A principios del siglo XX los vecinos pudieron comprar los pastos, que no podían venderse a personas de fuera del pueblo. Actividades tradicionales de los vaqueiros como la arriería y la trajinería tuvieron gran importancia entre los habitantes de El Puerto hasta después de la Guerra Civil, si bien la ganadería es actualmente el principal medio de vida de los vecinos. La cabaña está formada por unas seiscientas cabezas de ganado de veinte ganaderías especializadas, la mayor parte, en la producción de carne de la raza asturiana de los valles. Más de una decena de estos ganaderos son menores de cuarenta años, lo que garantiza el futuro. Entre los vecinos conviven aquellos que siguen practicando la trashumancia y los que permanecen en el pueblo durante todo el invierno, unas quince familias. La declaración de Somiedo como Parque Natural en 1988 supuso un impulso de las actividades relacionadas con el turismo.
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