La consejería ha convertido el antiguo camino en una nueva vía de comunicación de Asturias y León, tras una inversión de 1,6 millones de euros
Redacción/ Grau
Una de las antiguas demandas de Somiedo, el asfaltado y mejora de La Farrapona en el tramo leonés, es ya una realidad. la consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de Castilla y León inauguró ayer la nueva vía, en un acto que contó con la presencia del alcalde de Somiedo, Belarmino Fernández Fervienza, y que fue presidido por el consejero castellano leonés, Juan Carlos Suárez-Quiñones. También participaron en el r el diputado de Turismo de la Diputación Provincial de León, Octavio González; los alcaldes de San Emiliano y Sena de Luna, presidentes de Juntas Vecinales, y otras representaciones sociales. La carretera, de 3 kilómetros, representa la vía de unión natural entre Asturias y Castilla y León y está ya en servicio.
El objetivo es unir las comarcas de Babia, Luna y Somiedo, en León, con Asturias, facilitando el desarrollo social y económico de esta zona leonesa que atesora un gran valor paisajístico, según señala el gobierno leonés, que destaca el valor turístico de unir los parques naturales de Somiedo con el de Babia y Luna, «que con esta obra ve satisfecha una demanda histórica».
La obra, que salió a licitación en noviembre del 2021, tras los complejos trámites administrativos por su situación, ha supuesto una inversión total de 1.618.729 euros y se ha desarrollado, debido a su complejidad, en dos fases.
Esta actuación está enmarcada dentro del protocolo firmado el pasado 21 de octubre, entre la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio y la Diputación de León y por el que la institución provincial ha aportado un total de 435.000 euros.
Sobre la actuación
Este camino de montaña, que se sitúa a la salida de Torrestío y que comunica con el alto de La Farrapona, ha sufrido una completa transformación a lo largo de los 3.445 m de actuación. Cuando comenzaron las obras el ancho de la vía era de entre 4 y 4,5 m de ancho, en la actualidad es una carretera de doble sentido.
Una de las características y dificultad de la obra radica en la orografía de alta montaña, con fuertes pendientes (10 % llegando algunos puntos al 17 %) y laderas constituidas, en gran parte, por formaciones rocosas. Contaba con un sistema básico de drenajes y las cunetas, en parte ocupadas por piedra, tierras caídas de las laderas y el natural crecimiento de vegetación. Esto traía como consecuencia el estrechamiento de la vía de una manera considerable. Tampoco disponía ni de señalización, ni balizas ni sistemas de contención de vehículos, lo que representaba un problema de seguridad.
Las diferentes propuestas con las que se ha trabajado han buscado siempre, debido a las características del camino, el equilibrio entre la mejora de la accesibilidad y las condiciones tan específicas del lugar, minimizando las afecciones importantes a una zona de tan alto valor natural y paisajístico.
Trabajos desarrollados en la Fase I
En la primera fase de la actuación se realizaron los movimientos de tierras necesarios para el ensanche de la nueva vía, así como los correspondientes a las zonas de parada situadas en la parte final del trazado. Todo ello supuso un movimiento de tierra y rocas de 24.150 m3 y 8.500 m3 de terraplén.
Asimismo, se ejecutaron la práctica totalidad de los trabajos necesarios para la adecuación del sistema de drenaje del camino, tanto la excavación de cunetas como la sustitución y reparación de los drenajes.
También se realizaron, en la parte inicial del trazado, los muros de escollera de baja altura necesarios para la contención de los taludes existentes (105 m de muros de escollera).
Trabajos desarrollados en la Fase II
En la segunda parte de las obras se completaron los drenajes, se repararon los muros de mampostería existentes y las losas de anclaje para las barreras metálicas. Junto a ello, se realizaron los trabajos para el anclaje de la barrera en el puente sobre el río Traspando.
En esta fase se realizó la pavimentación y compactación de una capa de zahorra artificial. Posteriormente se compactaron las dos capas de mezcla bituminosa (espesor mínimo de 10 cm). Toda esta parte de la obra ha supuesto 4.650 toneladas de estas.
Finalmente se procedió a ejecutar las cunetas y el pintado de la señalización horizontal y vertical y la instalación de las barreras metálicas, que van dotadas de un revestimiento con pintura para su mejor integración en el paisaje. En las zonas de parada se han instalado talanqueras de madera para la delimitación del perímetro exterior de estas zonas de parada.
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