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La honradez, bajo la boina

Luis G. Donate

Bienvenidos de nuevo un mes, incluso un año más, a este nuestro rincón de tertulia y pensamiento. Pasados ya los efluvios de la sidra, el marisco y los turrones, volvemos a reunirnos, con el estómago satisfecho y la cabeza llena de buenos pensamientos. Aprovechemos esta favorable disposición para tratar el tema que hoy os traigo. Sin duda agradará a los cinéfilos.

Recientemente, pude ver una vez más, “El turismo es un gran invento” protagonizada por el genial Paco Martínez Soria. Qué puedo decir. Muchos me tildarán de casposo por ello y quizá algunos de fascista, pero adoro sus películas. No porque crea que en aquel entonces estábamos mejor o cualquier otro argumento de ese tipo, sino porque hay algo en ese maño honrado y bonachón que me llega al alma. En esta película de la que os hablo, nuestro Paco interpreta a Don Benito Requejo, alcalde de un pequeño pueblo de Aragón que necesita desesperadamente modernizarse. Dispuesto a ello, parte al Levante acompañado de su secretario a recabar información sobre ese concepto extraño que para ellos es el turismo, con la esperanza de poder emularlo en su comarca. Tras muchas aventuras y desventuras, vuelve al hogar y se da de bruces con la realidad. No ha podido cumplir y los vecinos le destituyen argumentando que el viaje fue una excusa para darse la gran vida a costa del ayuntamiento. El discurso de Don Benito no tiene precio, ejemplifica al alcalde ideal y sirve de aviso a aquellos que tengan la idea de ocupar tal puesto. Nunca nada estará a gusto de todos. Yo, sin embargo, hago una lectura más mía: El bueno de Benito siempre llevó la honradez bajo la boina y eso es digno de alabanza.

Hasta aquí llega la reflexión de hoy. Os animo a que veáis la película. Además de ser una buena comedia, tiene enseñanzas para quien sepa verlas y por encima de todo, es una historia amable. Al terminarla es casi seguro que estaréis sonriendo. Algo así no tiene precio. Por ello, tengo la osadía de esperar que ocurra lo mismo al finalizar la lectura de estas humildes letras. Quedo a vuestro servicio hasta la próxima.

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