Vecina de Candamo, ha registrado en el Ayuntamiento un alegato para persuadir a la Corporación de que el parque eólico de Bufarán, que afecta a la sierra Sollera, es una “equivocación”
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Candamo
Cuando Fifi sale al mediodía a la terraza de su casa natal lo hace con una mezcla de paz e incertidumbre. Por un lado, disfruta sentada en un banco orientado al sur con ese sol de invierno que calienta el cuerpo y reconforta el alma; por otro lado, un futuro grotesco amenaza su mirada en forma de gigantes rotatorios, una imagen que le roba el sosiego, un sosiego merecido después de pasar media vida entre la vorágine madrileña.
Por eso tiene que hacer lo que esté en su mano para parar ese despropósito, por eso sale con decisión de su casa natal para registrar un documento en el Ayuntamiento; tiene que intentar convencer a toda la corporación municipal de que el parque eólico es una equivocación. En su mano lleva una solicitud, en su cabecera reza:“A la Ilma. Sra. Alcaldesa presidenta del Ayuntamiento de Candamo. Al Pleno municipal del Ayuntamiento de Candamo…”
A pesar de que el periodo de alegaciones en contra del parque eólico se hizo de prisa y corriendo en una época en la que la gente suele encontrarse de vacaciones, María Josefa Álvarez Velázquez, que ese es el nombre completo de Fifi, y varias personas afectadas se movilizaron con todas sus fuerzas durante el mes de agosto y ayudaron a recoger 1500 alegaciones, dirigidas a la Delegación de Gobierno en Asturias. Lo que pasa es que eso no convenció a una parte de la Corporación municipal. Por eso ahora, una vez recontadas, de entre esas 1500, salen 484 procedentes de vecinos y vecinas de Candamo. Por eso Fifi cree que con este dato ahora podrá convencer a toda la corporación municipal.
El argumentario en el que fundamenta su solicitud no quiere ser político se basa más en la conmoción medioambiental de una comunidad: «Dentro del proyecto eólico de Bufarán está prevista la instalación de 5 aerogeneradores en la Sierra de Sollera, ubicada en las inmediaciones del pueblo de la Mortera, en el que nací y residí hasta los 23 años de edad. Una vez jubilada volví a instalarme hace años en mi casa natal, para intentar llevar una vida tranquila dentro de un entorno acogedor y en armonía con la naturaleza y los habitantes de este lugar. Esa sierra corona la vista cercana desde mi casa y forma parte del sentimiento de pertenencia al sitio que habito y en el que tengo ancladas mis raíces. Ese mismo sentimiento es extensible a un gran número de vecinos y vecinas de la Mortera y de los pueblos cercanos y del entorno de Sollera».
Con la sierra detrás
Con la sierra detrás suyo, mientras Fifi juguetea con Alma, su perrita inseparable desde que regresó a la Mortera en mayo de 2022, repasa en su cabeza la última parte del escrito, y que previamente ha consensuado con algunos de los vecinos afectados: «Fuera del debate legítimo que suscita la energía eólica, la proliferación indiscriminada de aerogeneradores gigantescos acompañados de infraestructuras industriales que rompen el entorno rural y la paz social, entre la que se encuentra el Parque Eólico de Bufarán, está provocando un rechazo entre gran parte de la ciudadanía de Candamo, de manera que no ve con buenos ojos la consecución de este proyecto, por lo que en sí representa y porque abriría la puerta a la instalación de más infraestructuras similares dentro del municipio».
Sentada de nuevo al sol frente a Sollera, con los fantasmas descomunales de los aerogeneradores que se aparecen frente a ella, repasa el texto y concluye su propuesta al Pleno de la Corporación Municipal:
«Que el Ayuntamiento de Candamo reunido en sesión plenaria acuerde tomar las medidas necesarias para dar cumplimiento a esta solicitud popular y se comprometa a poner las herramientas legales que estén en su mano para impedir la instalación del Parque Eólico de Bufarán».
Antes de que termine el año, el 27 de diciembre, Fifi agarra su pequeño Alma y se dirige al Ayuntamiento para registrar la solicitud. De nuevo con la incertidumbre de no saber si el escrito convencerá a los ediles que en un futuro próximo habrán de votar en un pleno y aprobar por mayoría el cambio del suelo: recalificar Sierra Sollera en un terreno industrial. Pero eso es ya un tema político y ella solo trata de mostrar el lado humano, algo que por desgracia no convence a todos los políticos.
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