Roberto Suárez Malagón, pregonero de la cita gastronómica, destacó la importancia de «resistir» defendiendo los productos locales y de calidad, en una cita que contó con la alcaldesa, Maribel Méndez, y el presidente de los hosteleros regueranos, Fernando Álvarez

E. M./ Las Regueras

Hace 25 años Las Regueras lanzó sus primeras Jornadas Gastronómicas del Pote y el Pitu Caleya, «en un momento en el que ya estábamos defendiendo los productos locales y de kilómetro 0, éramos pioneros, pero no lo sabíamos». Ayer, 25 años después, se oresentó la nueva edición de esta cita gastronómica, que tuvo como pregonero a Roberto Suárez Malagón, director del Centro Integrado de Formación Profesional de Hostelería y Turismo de Gijón, y contó con la presencia de la alcaldesa, Maribel Méndez; el presidente de la Asociación de Hosteleros de Las Regueras, Fernando Álvarez, y la bibliotecaria y corresponsal de LA VOZ DEL TRUBIA, Esther Martínez, que glosó la figura del pregonero.

El pregón estuvo cargado de emotividad y recuerdos de infancia del pregonero, que con familia en Escamplero hizo un recorrido sentimental por aquellos años de comer con la familia los pollos que corrían por la quintana. Felicitó por esos 25 años de Jornadas y del mérito que supone «resistir». También destacó que las Jornadas tienen relación con el arraigo y con la identidad cultural más que con la búsqueda de clientes. Fernando Álvarez, presidente de la Asociación de Hosteleros desde el principio, hizo un repaso a todos los establecimientos que ya cerraron y a sus propietarios que fallecieron en estos 25 años y la falta de relevo generacional. En los primeros años fueron en torno a 10 los restaurantes que celebraban las jornadas y ahora quedan cuatro. Esther Martínez enfatizó el valor de los productos locales, y la coincidencia del 25 aniversario de las jornadas con el cuarto de siglo que cumple también este año otra de las señas de identidad de Las Regueras, el Certamen de la Castaña Valduna. Los hosteleros obsequiaron al pregonero con una figura de vidrio del artista reguerano Luis Parades de la colección Historias Sumergidas, y Arecasval un libro de recetas elaboradas con castaña.