Beatriz Álvarez / Oviedo
La Escuela de Teitáu celebró ayer en El Manglar, en Oviedo, la culminación de las obras de teitado de su segunda cabaña, con gran afluencia de público, el evento que supuso la inauguración de una exposición de fotografía, la proyección del documental “Ser de Babia” para rematar la jornada con la celebración asturiana más tradicional, una espicha.
La jornada comenzó a las 19:30 horas con la inauguración de la exposición “Sueñu o Realidá”, una colección de fotografías analógicas de Mónica Armantina. Las fotos se sacaron en L´Falguera el año pasado durante el proceso de restauración del teito de la cabaña. El blanco y negro de las mismas las convierte en atemporales y muestran, por un lado, el trabajo en comunidad de las gentes de los pueblos y por otro, la comunión entre las personas y el paisaje. La exposición pudo verse esta primavera en la Taberna Narciso y, en palabras de la autora “las fotografías forman parte de una serie más amplia sobre teitos que comencé hace tres años en la Braña de Mumián, Somiedu, y que continuará con el tiempo. Es un trabajo que me planteo a largo plazo. Y normal, porque cada braña ye un mundo y me queda todo todavía por aprender… Mientras sigo aprendiendo, con y sin la cámara, voy honrando de momento la belleza de las brañas que empecé a conocer y la poesía que encuentro en ellas, con esta expo.”
A continuación, a las 20:00 horas, se proyectó el documental «Ser en Babia» con la presencia de algunos de sus autores.
“Ser en Babia” es una obra audiovisual experimental surgida en 2019 a raíz de la convocatoria Open LAAV_, impulsada por el Laboratorio de Antropología Audiovisual Experimental del MUSAC, con el apoyo de la Fundación Daniel y Nina Carasso. El proyecto tenía como propósito narrar la comarca desde su interior, contraponiendo la experiencia real de habitar Babia con el significado popular de la expresión “estar en Babia”.
Durante el invierno de 2020, varios vecinos y vecinas de la zona compartieron una cámara para registrar su vida diaria, los paisajes que los rodean y sus propias reflexiones. El resultado es un retrato colectivo que combina la belleza del entorno con la dureza y los desafíos de vivir en el medio rural, al tiempo que genera un espacio de creación y diálogo sobre las formas de mirarse, contarse y reivindicar la vida en este territorio de montaña. Temas comunes a las zonas rurales como la falta de niños, la apuesta por quedarse en el pueblo, las dificultades para las personas mayores cuando la salud no acompaña, pero también los diferentes pareceres en torno a problemas como el lobo que tantas discusiones generan, la dureza de la ganadería como oficio, el cambio climático etc. quedan reflejados en una obra con la preciosa voz en off de Katerín Álvarez presente en el acto de ayer que va narrando sus sentimientos en relación a la pertenencia o no a la zona.
Los autores de la obra son Katerín Álvarez, Elías Valcárcel, Josefa López, Ángel Quiñones, Beatriz Álvarez, Emilio Martínez y Manuel Álvarez, quienes han tejido un relato común en el que convergen experiencias personales y perspectivas diversas sobre Babia.
El encuentro concluyó con una espicha que puso la nota festiva y que sirvió para compartir entre los presentes, celebrar el trabajo colectivo y el importante trabajo de recuperación del patrimonio rural impulsada por la Escuela de Teitáu.
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