Luis G. Donate
Bienvenidos una vez más, mis queridos lectores, a esta nuestra confortable tertulia. Me alegro de veros a todos bien y ansiosos por entrar en materia, parece que habéis olido lo que hoy os traigo, ataquémoslo antes de que se enfríe.
Sé que últimamente os estoy mostrando mi lado más gastronómico, espero que sepáis disculparlo pero escribo estas líneas en el Día Mundial de la Pasta y no podía dejar pasar el tema sin incidir en él. Muchos creen que la pasta ( macarrones, espaguetis, ravioli y demás) llegó a nosotros de la mano del intrépido aventurero italiano Marco Polo, después de su viaje a Oriente. Sorprendentemente, no es así, pues ya hay ejemplos de ella en la dieta de los etruscos. En la mitología romana existe una historia en la cual el dios Vulcano, equivalente del griego Hefesto, dios de las forjas, construía un ingenio mecánico que le permitía hacer hilos de masa similares a los tallarines. Hoy en día la pasta es un visitante asiduo en nuestras mesa, al pesto, con salsa de tomate y queso, con gambas, en lasaña y en los clásicos fideos de la sopa de nuestras abuelas. La pasta es un alimento muy completo y también una forma de arte, pues cada casa tiene su receta y sería una tarea hercúlea mencionarlas todas, aunque seguro que os he hecho pensar en algún plato guardado en vuestro corazón de gourmets.
Hasta aquí llega el artículo de este mes. Espero teneros ya salivando, ansiosos por correr a la cocina y poner a prueba una receta que se os haya venido a la mente motivada por mis palabras. Quedo a vuestro servicio, hasta la próxima y buen provecho.
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