Publicado el: 24 Oct 2015

Manzanas, la desconocida joya de Teverga

Desde los años 50 el llagar Peñón compra la manzana de montaña de este concejo por sus virtudes

Beatriz Álvarez / Teverga

manzanasLa vida de las aldeas asturianas viene marcada por el devenir de las estaciones. Así finalizando agosto y acabada la yerba, comienza la época de la recolección de los frutos de temporada. Hombres y mujeres se dedican entonces a pañar ablanas, escarben patates o, en el caso que nos ocupa, recogen la cosecha de manzanes. Estas manzanas pequeñas de las aldeas de montaña, que saben a madera, durante el transcurso del verano han ido madurando en los árboles.
Desde hace mucho tiempo llagareros de la marina vienen a com día pactado previamente, se pesan y se “echa la manzana” en el camión.
Cuentan los más antiguos que esto ha cambiado mucho. Hasta bien avanzado el siglo XX los sacos se bajaban en carros con bueyes hasta la vía del tren donde se “echaban” en vagonetas para bajarlas por ferrocarril hasta Trubia. En esta época no se pesaban, se calculaba el peso a ojo. Más tarde los carros de bueyes bajaban a la carretera general, ya traían “romanas” para pesar y allí se “echaban a la caja camión”, “cargábanse a mano”. En la actualidad los camiones prácticamente llegan a todas partes y vienen provistos de básculas digitales que garantizan el peso exacto de la carga. En algunas aldeas de Teverga y del resto de concejos limítrofes los dueños de las pumaradas comienzan a pañar la manzana a lo largo de septiembre y aproximadamente hasta el 12 de octubre. Primero y aparte recogen la llamada “manzana del sapu” que es la que está en el suelo. Poco después comienzan a “bastiar los manzanales” para ir recogiendo la parte de las manzanas que han permanecido en el árbol.
Esta relación basada en la confianza y en el buen hacer de productores de sidra y “compradores de manzana” se prolonga en ocasiones durante generaciones. Este es el caso de “Sidra Peñón” y su relación con la producción de manzanas en Teverga que compra entre 10-48 tm al año dependiendo de la cosecha.
Este centenario llagar situado en Albandi (Carreño) que es el 4º llagar asturiano en capacidad de producción, lleva desde 1955 comprando manzanas en la zona. Acaban de recibir un premio en la Fiesta de la Sidra que se celebra en Gijón. Hoy el llagar está en manos de Juan Miguel González y su mujer Rosa. Silverio González, hermano del anterior ya jubilado, nos cuenta que en 1954 compraron el primer camión y que al año siguiente, él todavía ni siquiera conducía, contactaron con Avelino que era el mayordomo de Recaredo Argüelles y a partir de ese momento este hombre fue su “comprador” en la zona. Antes habían comprado en Proaza en casa Mercedes que era bar y más tarde compraron en Quirós por mediación de Luis el maestro y Luis el abogado, de Aciera y Las Agüeras respectivamente. Desde entonces a hoy se mantienen fieles a comprar en Teverga, tan fieles que compran siempre, haya mucha o poca manzana, porque ésta es otra de las características de la producción de manzanas la llamada “vecería”.
Apuntan que esta manzana pequeña, ácida y con mucho sol conserva las características propias de la manzana de sidra y es mejor que la manzana de costa más dulce y donde se han incorporado variedades de mesa que no son aptas para la producción de sidra. A pesar de todas las dificultades que conlleva ir a buscar las manzanas por las comunicaciones, la pequeña producción, el modelo de plantación de montaña…todo se ve compensado por lo que la manzana tevergana aporta a la sidra. Se trata de equilibrar el sabor, de homogeneizar el producto, de que cuando alguien pida Peñón en el Ferroviario, sidrería ovetense fiel a Sidra Peón también desde hace décadas, sepa lo que va a beber y reconozca el palo.
Sidra Peñón que hoy tiene 10 llagares y está en continuo proceso de innovación y crecimiento, poniendo especial cuidado en los aspectos más tradicionales del proceso de producción sidrero, tiene garantizado su futuro en la figura del joven Arturo González. Ojala este matrimonio entre este llagar centenario y la humilde manzana tevergana dure para siempre.

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