Publicado el: 04 Dic 2020

Cultura encarga a Cadesa un análisis de las patologías de San Pedro de Arrojo

El arquitecto Marcos García Rodríguez visitó hoy la iglesia románica, monumento nacional, cerrada al público desde 2017 por problemas estructurales

Marcos García Rodriguez, arquitecto de la empresa Cadesa, en el centro, junto a Miguel Coviella, párroco de Quiros y Roberto F. Osorio/ Beatriz Álvarez

Beatriz Álvarez/Quirós

Marcos García Rodriguez, arquitecto de la empresa Cadesa, visitó hoy San Pedro de Arroxo en compañía de Miguel Coviella, párroco de Quiros y Roberto F. Osorio, cronista oficial del concejo, para realizar un inspección ocular del estado delmonumento  y valorar la futura intervención en el mismo. La Consejería de Cultura ha encargado a esta empresa (con más de treinta años de experiencia en el análisis de patologías, evaluación, diagnóstico y rehabilitación de edificios históricos) la elaboración de un estudio que deberá de estar listo en quince días para la intervención en la iglesia, que lleva cerrada al culto desde 2017 debido a los problemas estructurales que presenta. El arquitecto, que venía acompañado del técnico Luis Ángel Capin, inspeccionó el edificio por dentro y por fuera, bajando incluso a los restos prerrománicos que están en la base de la construcción del mismo, realizando también numerosas fotos que serán usadas para la emisión y elaboración de informe, con el que se espera sentar las bases para frenar el deterioro que sufre el monumento. Si bien, a bote pronto y a la espera de un análisis más exhaustivo, Marcos García adelantó a este medio que “no parece tan grave como se puede pensar a simple vista, pero está claro que hay que intervenir”.
Durante la última intervención se reforzó con hormigón la base de la Iglesia pero “puede ser que dado el terreno deficiente que tenemos, si se intervino en la extensión suficiente, por ejemplo, con dos metros pero tienes cuatro metros malos pues habría que haber metido más o volver a actuar”, lo que parece que ocurre en este caso. A simple vista ambos técnicos llamaron la atención sobre uno de los contrafuertes que se sitúa desde el altar a la izquierda donde parece se centra el problema central del edificio. Sin embargo, García Rodríguez quitó importancia a la rotura de los testigos de yeso y explicó “no son lo más adecuado porque con las diferencias de temperatura y humedad el yeso es un material que acaba rompiendo por dilatación. Más adecuados serían unos testigos de metacrilato que incluyen una regla graduada en la que periódicamente puedes observar la variación real. El yeso es tan frágil que en esos movimientos se va desgastando y con el paso del tiempo el testigo rompe”. Al mismo tiempo comentó que la inclinación que sufre la iglesia en la parte de atrás “puede arrastrarse desde el momento inicial de la construcción”. La empresa ya se ha puesto en contacto con Daniel Cortizo arquitecto vinculado a la diócesis de Oviedo con el que colaborarán estrechamente.
El párroco Miguel Coviella valoró muy positivamente la visita que “es muy importante para refrescar el tema y para que los vecinos que han manifestado su preocupación en numerosas ocasiones sobre el estado de este monumento vean que están en ello”.

La visita técnica al monumento románico/ Beatriz Álvarez

 

Una de las grietas interiores/ Beatriz Álvarez

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