Casa Xanzo, o la amnesia cotidiana

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Es una suerte que este edificio del siglo XVI y testigo de la historia de Salas se mantenga en las condiciones actuales, fosilizado y con discretas alteraciones

[Detrás de las paredes: edificios con historia en Salas]

Casa Xanzo/ Javier F. Granda

Javier F. Granda / Salas

En todas partes nos encontramos con testimonios de otras épocas, edificios que aún se mantienen en pie y que nos hablan sin que sepamos escuchar. John Ruskin decía que al levantar un edificio se debía hacer desde el amor a la construcción. En ese amor a la construcción veía reflejado la sinceridad y la verdad al emplear materiales tradicionales: la piedra y la madera, que eran considerados nobles en su época. Ruskin, ese londinense nacido en 1819 y fallecido en 1900, era un hombre de otro tiempo, como muchos que miraban en el pasado en busca de algunas verdades. Una de estas verdades la topamos en la Plaza de San Roque, dentro del Conjunto Histórico de la Villa de Salas, donde se eleva una edificación conocida por Casa Xanzo, que en el IPAA, Inventario de Patrimonio Arquitectónico Asturiano, se le atribuye un posible origen en el s. XVI. En Salas se dice que fue casa de postas y fonda y que el nombre le viene por un herrero que vivió en ella. Una parte del conjunto fue demolido en los años ochenta, se trataba de una cuadra y un garaje. Como testimonio han quedado en pie restos de un sólido muro donde se ubica la puerta de entrada al patio, que funcionaba como distribuidor de los espacios interiores del conjunto. Testigo mudo de la historia Es una suerte que este edificio se mantenga en las condiciones actuales, fosilizado, con discretas alteraciones, pero como un testigo mudo que ha presenciado los diversos avatares del tiempo en esta entrada a Salas que marca el Camino Primitivo. Observamos que el relleno de la plaza donde se ubica ha ido en aumento hasta llegar a uno de los huecos de la planta baja en su fachada sur, en la que se dispone de un balcón en voladizo con antepecho o baranda de hierro. Al lado se abre una ventana adintelada. Y sobre estos huecos, bajo el alero, se ubica un escudo que muestra las armas de los Miranda y Cuervo, entre otros. En la fachada oeste que da a la calle de San Roque, se abren tres saeteras y una pequeña ventana de la misma altura que estas, y en el piso superior una ventana con antepechos de sillares. El muro muestra mampostería vista y numerosos mechinales en la pared desnuda. En la fachada este se repite el balcón en voladizo con antepecho de hierro y la disposición simétrica de ventanas que en el extremo norte se ha transformado en puerta de acceso con la construcción de una escalera hacia la primera planta. Se observa una excelente fábrica en los esquinales de sillares labrados que se repiten en recercos de vanos. Los muros de mampostería enlucida muestran numerosos desconchados en la carga de argamasa de cal. Se observa la necesidad de una buena intervención en la cubierta que le asegure su conservación y unas mínimas intervenciones en fachada, así como la consolidación del escudo en la cara sur. El criterio de la ubicación de los contenedores de basura inmediatos a la edificación es totalmente desafortunado y erróneo, pues degrada el entorno donde encontramos habitualmente basura que rebosa y se desparrama hacia las inmediaciones del edificio. Intervenir en esta edificación sin un buen estudio previo, sería arruinarlo, como ha ocurrido con otros notables ejemplos en el Casco Histórico de Salas.

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