Publicado el: 17 Ene 2022

Los Americanos, condenado al expolio

El conjunto arquitectónico, ubicado en el concejo de Salas y objeto ya de varios robos, fue edificado por los hermanos González tras su regreso de Cuba, en donde habían sido banqueros

Edificio de Los Americanos, en Salas, construido por los indianos Hermanos González tras su regreso de Cuba

Fachada del edificio de Los Americanos/ J. F. G.

Javier F. Granda / Salas

El conjunto de Los Americanos, ubicado en los confines del concejo de Salas, cerca de su límite con Valdés, se dispone a ambos lados de la N-634. Se trata de una arquitectura de incuestionable valor que muestra las terribles heridas del tiempo y del expolio. El Catálogo Urbanístico de Salas recoge las dos edificaciones con grado de protección parcial y ambiental. Esta protección no hace mérito a la importancia de sus valores arquitectónicos.

El Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Asturias (IPAA) recoge tan solo uno de ellos, el que muestra la fachada de arcos en soportal, al que atribuye un estilo clasicista (isabelino) y un estado de conservación global que es calificado de ruina. Hay que señalar que se detectan varios errores en la ficha del IPAA.

El edificio principal, con arcos en su fachada, y de claro estilo urbano, presenta planta rectangular con tres alturas: baja, primera y bajo cubierta, con una sólida fábrica de piedra que se carga y enluce, disponiendo de sillares en recercos de vanos, esquineras y pilares de la arquería. Cinco arcos rebajados se abren en el pórtico tras los cuales se ubican tres accesos adintelados. Sobre el central aparece la data de la edificación y su promotor: ‘edificose por d. josé manuel gonzález año de 1886’. Sobre los arcos se dispone el mismo número de balcones de arco escarzano, cobrando mayor protagonismo el central que se hace en voladizo, quedando los cuatro restantes enrasados. En todos ellos se disponía una rejería metálica en los antepechos que ha sido expoliada. La cornisa moldurada y con decoración que imita mármol es notable, y se rompe para encajar el casetón abuhardillado con despiece de galería corta que ocupa el lugar central del bajo cubierta donde se disponen varios cuartos. En la planta noble se distribuyen habitaciones y un gran salón. En la trasera del edificio se conserva la antigua cocina tradicional a la que se le añade otra más moderna, y que seguramente estuvo en el origen de la ampliación del edificio encargado por el promotor de las obras, quedando integrada como un cuerpo anexo al volumen de nueva fábrica.

Del otro lado de la carretera, un edificio de fachada curva, adaptado a la traza del vial, sirve de contrapunto a la monumentalidad de su opuesto y describe una arquitectura más sencilla, pero no de menos importancia, tanto en la volumetría como en la calidad de su fábrica.

Su propietaria actual me aporta información muy valiosa sobre el conjunto. La casa de las columnas, como ella la denomina, fue edificada por los Hermanos González que regresaron de Cuba, donde habían sido banqueros, y construyeron esta casa que fue dedicada al comercio. Sus bustos en preciosos bajorrelieves (algunos deteriorados por el vandalismo) aparecen incrustados en las enjutas, en el encuentro entre arcos de la fachada. En la planta baja se conservaron las estanterías del local y una piedra de enorme tamaño para refrescar los pellejos de vino hasta que la casa fue desvalijada. Uno de los hermanos González fundaría en Salas el comercio El Siglo.

La casa que se denomina de abajo, fue construida en fechas posteriores como casa de labranza en la que se instalaron dos grandes accesos con portones para carruajes. Aún conserva el palomar. Este edificio pasó a ser cuartel de la Guardia Civil y hasta que fue robada, se conservaba la puerta de hierro del calabozo. Funcionó también como cárcel de mujeres.

Durante la Guerra Civil las edificaciones resistieron el paso de las tropas en contienda, suscitándose en el lugar algunas escaramuzas y tiroteos que dejaron allí alguna víctima. El conjunto ha sido expoliado numerosas veces y han sustraído de él todo lo que era posible transportar, incluso han intentado extraer las grandes lajas de piedra del solado. Pese a las denuncias ante la consejería de Cultura, Seprona y Ayuntamiento de Salas, nadie ha hecho nada por remediar esta situación que provocará la pérdida irreparable de una arquitectura de tan notable factura como valor histórico.

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