Publicado el: 22 Ene 2022

Que se acabe ya

Gustavo A. FERNÁNDEZ

[La Mosquitera]

Hace un año, la noche del 31 de diciembre de 2020, con las uvas preparadas y sentado frente al televisor que mostraba el reloj de la Puerta del Sol, sólo pensaba y pedía para mis adentros que se acabara ya el peor año imaginable. Pero me equivocaba, el 2021 resultó ser aún peor, sin duda lo fue en lo personal, pero me temo que también en lo colectivo. ¿Y ahora qué? Más de lo mismo, que se acabe ya este nefasto 2021. Visto lo visto, no me atrevo a pedir que 2022 sea extraordinario, me conformaría con que fuese normal. Ni las cosas ni nosotros mismos volveremos a ser igual que antes de la pandemia, como antes de las pérdidas y las cicatrices que nos dejan estos dos años.

Pero pensemos que lo peor ha pasado ya, así lo creo aunque no me atrevo a decirlo muy alto. Que se acabe ya, que se acabe. Que en el nuevo año no tengamos que mirar mal al que tose, que podamos besar y abrazar sin titubear, que nuestras mayores preocupaciones sean los estudios de nuestros hijos, el estrés nos lo provoque el trabajo, que sólo vayamos al médico por aquel casi olvidado dolor muscular y que los disgustos nos los vuelva a dar nuestro equipo favorito de fútbol. Ya sé que en esta sociedad hay otros muchos problemas, males e injusticias y que mis palabras pueden parecer frívolas, pero déjenme por un momento hacer apología de lo mundano y de nuestra añorada cotidianidad.

Por eso pido que la vida vuelva a ser lo más parecido a como era antes, con sus fiestas de prau, comidas con familia y cenas con amigos, cumpleaños, bodas y bautizos, viajes de estudio, turismo en vacaciones, con sus pequeñas alegrías y tristezas de siempre, pero ya no mediatizados por el coronavirus. Seamos optimistas, pero sobre todo seamos prudentes. Os deseo, nos deseo, un feliz año nuevo.

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