Danone
Gustavo A. Fernández
Frente a la fábrica de Danone en Salas han colocado una bandera de Asturias a media asta y con un crespón o lazo negro en señal de luto, no es para menos. En los escaparates de todos los comercios de la capital salense hay carteles reivindicativos que rezan “No al cierre”. Concentraciones de protesta, reuniones y actos de solidaridad. Y ustedes dirán que es lógico y normal que los vecinos se unan cuando se pretende cerrar uno de los principales medios de vida de un pueblo, de un concejo, de una comarca. Pero no siempre es así, no todas las comunidades hacen un frente común para protestar y tratar de salvar el tejido productivo local. Sin ir más lejos, en mi concejo, en Grado, no se hizo gran cosa cuando Trubia decidió segregarse de nosotros para anexionarse a Oviedo, dejando con ello marchar la fábrica de armas, la industria más importante que hubo y probablemente habrá jamás en territorio moscón. Eso fue hace mucho, dirán ustedes con razón, allá por 1884, pero es que tampoco hicimos nada cuando Cafés Areces se fue para Tineo en 2009, o cuando se cerró el matadero municipal. En fin, probablemente esa sea otra historia, y lo que ahora toca es solidarizarnos con nuestro vecino concejo de Salas.
Algunos de ustedes dirán que las empresas son privadas, están para ganar dinero y si les da la gana de cerrar e irse están en su derecho. Pues es tan cierto como que en nuestro país ya no existe la alternativa de la industria pública, ni hay ya banca ni medios de transporte públicos, igual que pronto ya no habrá sanidad ni educación pública. Ya sé que no hay que trivializar cuando está en juego el trabajo de tanta gente y el futuro de toda una comarca, pero muchas veces pienso que aún está en nuestras manos cambiar algunas cosas, podemos decidir no volver a comprar yogures ni productos Danone, apostar por los productos locales o cambiarnos de banco e irnos a la Caja Rural que al menos sigue teniendo obra social. Uno por sí sólo poco puede hacer, pero muchos «yo» hacemos un nosotros, y todos nosotros gritamos “NO AL CIERRE DE DANONE”.
