Residentes y personal se disfrazaron de miembros del equipo cascarillero y ofrecieron regalos a directivos y jugadores, y el club les respondió con una placa que entregó el jugador Iker a su bisabuela Isabel, que vive en el centro
El centro, que en 2020 cambió de propietarios, organiza actividades mensuales, «queremos que la vida de nuestros residentes esté llena de alegría aunque estemos en tiempos de pandemia»