La residencia de Berció rinde homenaje al Juvencia por sus cien años

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Residentes y personal se disfrazaron de miembros del equipo cascarillero y ofrecieron regalos a directivos y jugadores, y el club les respondió con una placa que entregó el jugador Iker a su bisabuela Isabel, que vive en el centro

Entrega de uno de los regalos a Iti y Valentín

Redacción/ Grau

La residencia de mayores de Berció, en el límite del concejo de Grado con el de Oviedo, tiene parte de su corazón trubieco, ya que «aunque somos moscones también nos sentimos de Trubia, por cercanía y porque muchos de nuestros residentes son de allí». También los actuales gerentes, Pedro Fernández y Ana Urdambidelus, tienen fuertes vínculos con Trubia, por lo que este Carnaval no dejaron la oportunidad de celebrar los cien años del Real Juvencia. Lo hicieron con la visita de parte de la Junta dorectiva, con la asistencia de Iti y de Valentín Álvarez, así como de varios jugadores. Los mayores que viven en la residencia moscona pasaron semanas preparando el encuentro, «con muchísima ilusión». Hicieron un balón conmemorativo y un trofeo, que entregaron a los representantes del club, uno de ellos de mano de Florentina, que vive en el centro y que es viuda de un exdirectivo, Falo. «Ella se emocionó muchísimo», relata Ana Urdambidelus. Otro momento emotivo fue la entrega de la placa que el Juvencia entregó a la residencia en recuerdo del día y en agradecimiento al apoyo que habitualmente da al club. Fue entregado por el jugador Iker a su bisabuela Isabel, que vive en el centro. También otro residente, Antonio Romerom, disfrutó especialmente de la cita, ya que estuvo muy vinculado al club. E incluso hubo tiempo para jugar a penaltis entre los miembros del equipo y los mayores, y para disfrutar de una merienda, en una fiesta que quedará en la memoria de todos.

Residencial Bercio ha hecho del Carnaval una de sus fiestas preferidas, desde que Pedro y Ana tomaron las riendas. El primer año, el de la pandemia, se disfrazaron, los mayores de sanitarios, y el personal, de mayores, invirtiendo los papeles en un ejercicio de ponerse en los zapatos del otro que les valió un premio. «Se emocionaron muchísimo». El año pasado se disfrazaron de tesorillo de Berció, por el descubrimiento arqueológico hallado en la cueva del pueblo en el que viven, y este año, de Real Juvencia, un equipo con el que colaboran, dando además mensualmente una cesta con material sanitario para el equipo. «Somos del Mosconia y del Juvencia, una cosa no quita la otra», bromea Ana Urdambidelus.

El acto llenó de emoción a los residentes más vinculados al club
Iker entrega la placa a su bisabuela Isabel

 

Parte de los residentes, disfrazados

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