Los establecimientos hosteleros de la villa celebran este fin de semana las jornadas gastronómicas más importantes del año

Proaza celebran desde ayer el XXIX Festival Gastronómico de los Nabos y el Queso de Fuente, uno de los principales eventos turísticos del año. Además se ha organizado un mercado en la Plaza de la Abadía con venta de productos artesanales. Hoy, desde las 12.00 h, está la Banda de Gaitas «Camín de Fierro» por las calles del pueblo. El menú, con un coste de 20 € consiste en queso de fuente, pote de nabos, casadiellas, pan de escanda y vino cosechero. Los establecimientos que ofrecerán el menú son Sidrería Benjamín (Casa Clemente), Hotel – Restaurante Torrepalacio, Hotel Restaurante Peñas Juntas, bar Manantial y hotel La Casona de Don Santos.
En la villa de Proaza se celebran, año tras año, desde 1987, las Jornadas Gastronómicas de los Nabos y el Queso de Fuente, durante el último fin de semana de enero. Una curiosa combinación de materia prima, nabos y queso, protagonizan esta cita gastronómica, renombrada y apreciada tanto en el Concejo de Proaza como fuera de él. Este importante evento gastronómico fue creado por la Sociedad Cultural «Peñas Juntas» para potenciar estas exquisiteces de la cocina local, componiéndose siempre de los mismos platos.
Como entrante, los comensales podrán apreciar el exquisito sabor del queso de Fuente, un manjar elaborado con leche de vaca, que se unta suavemente sobre cualquier tipo de pan. Lo elaboran los artesanos queseros con leche de vaca, que se cuaja y se amasa dos o tres veces por semana, durante unos cuatro meses, en una fuente de madera untada con manteca, agregándose unas gotas de whiski o coñac, que le dan su peculiar sabor. Este cremoso queso se sirve fresco y ha contribuido notablemente a elevar la categoría de las Jornadas.
Degustado con pan de maíz resulta delicioso, ya que combina a la perfección el sabor dulce del maíz con la acidez del queso, una experiencia que merece la pena aprovechar. El plato fuerte del menú son los nabos con el compango, una receta muy suculenta elaborada con unos nabos blancos y alargados, muy diferentes con los que se acostumbra a dar a los animales, acompañados de un buen compango, en este caso, chorizo, morcilla, tocino, calamona y oreja, todo ello de cerdo.
De postre, quisadiellas de Proaza, que, además del nombre, tienen la peculiaridad de estar elaboradas con un relleno a base de avellana, nuez y azucar y sin mojar en licor.
Este sencillo pero suculento menú hace las delicias de cualquier amante de la buena mesa que se acerca a Proaza durante el último fin de semana de enero a disfrutar de la buena gastronomía y de los Valles del Oso.
El origen del pote de nabos se remonta, según fuentes del Ayuntamiento, a mediados del siglo XIX, cuando se celebraban en esta Villa las fiestas de Las Candelas y San Blas, los días 2, 3 y 4 de febrero.
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