Un nuevo ataque en Biedes alerta de la presencia de lobos junto a Oviedo

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Los afectados exigen a Desarrollo Rural que reconozca la presencia de los cánidos salvajes en Candamo y Las Regueras, tras la aparición esta mañana de dos corderas muertas

Cargan contra el Principado por rechazar daños «que son evidentes»

Una de las corderas halladas en Biedes/ Foto E. Martínez

Esther Martínez/ Las Regueras

Esta vez han sido dos corderas que pastaban en un prado detrás de una casa en La Braña en la parroquia de Biedes (Las Regueras), a un kilómetro de la carretera Trubia-Avilés , a cinco de Posada de Llanera y a 12 de Oviedo, las que han resultado muertas, según la sospecha de su dueño, por un nuevo ataque del lobo en el concejo. El propietario ha realizado el procedimiento habitual de comunicación a la guardería rural del Principado de Asturias en Grado, que personados en el lugar de los hechos han levantado acta de lo ocurrido.

El dueño de los animales reclama, al igual que todos los afectados de Las Regueras y Candamo, que “de una vez la Consejería de Desarrollo Rural reconozca que estos municipios sí son zonas donde el lobo está aumentando su presencia de manera exponencial y conquistando estos territorios, debido a que viene siguiendo rastros de corzos y jabalíes y cuando los pierde ataca animales más vulnerables, como es este caso”.

Huellas documentadas por el propietario de los animales

El “modus operandi” , según el afectado, es el habitual: “ataque al cuello, con marcas de colmillo; asfixia y  eventración. Abren el animal con una precisión de cirujano. El resultado es tan evidente que la actuación de la Administración autonómica en esto caso está encrespando más los ánimos de los ganaderos”. Anima a todos los afectados a denunciar aunque en realidad las respuestas a las anteriores reclamaciones, están  siendo desfavorables, “porque nos encontramos ante una terrible indefensión, ya que desde los despachos no se pueden delimitar las zonas como si entre un concejo y otro existieran vallas que impidieran el paso de los animales. Si esto ocurre a veinte kilómetros de distancia en las mismas circunstancias sí se consideran ataques de lobo y aquí o en Candamo no, cuando incluso las pruebas son más claras. La postura de los ganaderos es de total indignación especialmente, ante la claridad de los hechos, incluso en este caso hasta con fotografías  de huellas ”.

 

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