Por Casimiro ÁLVAREZ
A pesar de las múltiples evidencias sobre la corrupción generalizada de los políticos, los muy ladinos sigan movilizando a importantes sectores de la sociedad, que todavía no se han desengañado de que todo lo que cuentan es pura mentira, y tienen como única finalidad manipularnos para seguir viviendo del cuento. Andamos muy preocupados por las nuevas elecciones, como si ello tuviera alguna importancia para nosotros. Nada más lejos de la realidad. Tanto si se hubiera formado gobierno como sino, los curritos de a pie lo tenemos crudo. Poco importa el coste o el gobierno provisional; el resultado para nosotros siempre será el mismo; cada día que pase tendremos unos impuestos mayores, y los servicios públicos, pensiones, sanidad y enseñanza, peores. Para mantener los escandalosos sueldos y privilegios de los políticos, se aumenta el endeudamiento público y la extorsión a los trabajadores a base de impuestos. Y ya estamos al límite soportable, de manera que no tardando mucho la UE nos impondrá un rescate similar al de Grecia, que supondrá un recorte de pensiones y salarios del entorno del 40%. Pero a ellos ese problema no les afecta, pues ya serán todos ricos.
Da igual que sean de derechas o de izquierdas, son todos iguales. En mi opinión unos crápulas que no sé si tienen más de facinerosos o de inútiles. Probablemente unos sacacuartos mezcla de las dos cosas. Y aunque nos empeñamos en ignorarlo, las evidencias son palmarias. Basta ver la infinidad de casos escandalosos que han salido a la luz en el PP, en el PSOE, o en todos los demás partidos sin excepción que han ostentado poder en cualquier organismo público. Están igualmente pringados en IU, Convergencia, independentistas, e incluso ya en los que acaban de aparecer. No hay más que ver al coletas que hace cuatro días denunciaba los privilegios de la “Casta”, hasta que se convirtió en otro de ellos. Lógicamente me refiero a los cientos de miles que viven de la política, y por tanto a nuestra costa, nada que objetar de aquellos concejales o políticos de cualquier tipo que no cobran por el cargo. Lo que más me escandaliza de todo, es que simples ciudadanos que viven de su trabajo se dediquen a defender a un partido determinado, su partido, descalificando y denunciando las tropelías de los demás, mientras ignoran o incluso defienden, las de aquellos que consideran suyos. Los del PP estigmatizan a los del PSOE y Podemos, los de éstos últimos denigran a los que denominan las derechas, y así sucesivamente. Estos ciudadanos me temo que son los peores, o al menos los más peligrosos, por lo manipulables que resultan. Negarse a ver los saqueos de dinero público de quienes están bajo sus mismas siglas, mientras ponen el grito en el cielo cuando los del partido contrario hacen lo mismo, me parece poco racional. Aunque la explicación es bastante sencilla. Puesto que ya no quedan argumentos para defender tanto chanchullo, los políticos sacan a relucir los pasajes, reales o inventados, más oscuros de la guerra, que aunque ha finalizado hace más de 80 años todavía sirve para reavivar rencores de unos cuantos ignorantes exaltados, que ni siquiera la han conocido, y lo que es todavía peor, tampoco se han preocupado de leer o escuchar diferentes versiones de la misma. No hay peor ciego que el que no quiere ver. El resultado a la vista está. Mientras la sociedad es víctima de graves enfrentamientos absurdos, los políticos se hacen ricos y de paso arruinan España.
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