Los ambulantes critican la decisión de la alcaldesa en funciones de abrir nuevas solicitudes al mercado, «o es un chantaje o quiere dar los puestos a los que no protestan»

Redacción/Grado

Los vendedores ambulantes del mercado de Grado han acogido con hondo malestar la decisión de la alcaldesa en funciones, Elsa Suárez, de abrir un plazo de diez días para solicitar puestos, una convocatoria a la que se puede presentar cualquier interesado, no solo los titulares actuales. La Plataforma de vendedores creada en Asturias a raíz de la crisis del coronavirus, que agrupa a varias asociaciones y también a muchos de los vendedores de textil de Grado, acusa al equipo de gobierno de someterles «a un chantaje». «O nos callamos y no protestamos, o nos quitan el puesto. Algunos llevamos aquí cuarenta años, hemos luchado mucho para salir adelante y no entendemos que un gobierno de izquierdas nos ponga así contra las cuerdas». La polémica en el mercado moscón surgió por la nueva colocación de los puestos, ampliando la distancia entre vendedores, lo que lleva a los vendedores de frutas y verduras a ocupar casi en su totalidad las calles tradicionales de mercado, y a los puestos de textil hacia la zona de la calle Asturias y El Bolado, «un sitio malísimo, donde casi ni merece la pena ir». Los vendedores de textil, que reclaman sus puestos habituales, amenazaron con movilizaciones. Hubo una campaña de recogida de firmas, apoyada por 60 establecimientos comerciales y hosteleros, y ayer el Ayuntamiento hizo pública la reordenación completa del mercado, volviendo a presentar solicitudes. Los ambulantes estudian recurrir judicialmente la decisión y anuncian una protesta este domingo.