Publicado el: 08 Ene 2021

Tentando al diablo

José Ramón GONZÁLEZ

Portavoz de Ciudadanos en Grado

Cuando éramos pequeños, escuchar en el pueblo «tate quieto o baja de ahí…, nun tientes al diablo», no sonaba nada raro.
Y me temo que en estos días, en Grado tampoco sorprenderá a nadie, ya que parece que también se tienta mucho a ese diablo, más de lo debido. A ese demonio que nos amenaza desde hace meses y al que familiarmente llamamos Covid-19. Primero se permitió que un contacto estrecho con otros positivos continuase trabajando en un lugar tan vulnerable como una residencia de ancianos, donde el virus ha provocado estragos, dejando un gran vacío y causando mucho dolor, del que algunos parecen haberse olvidado rápidamente.  Recientemente, orillando todas las precauciones y saltándose todas las normas que el sentido común y la experiencia acumulada nos hacían ver como necesarias durante estas Navidades, estamos comprobando cómo estamos volviendo al punto de partida, pero esta vez más debilitados sanitaria y económicamente, y con más temor pues, parece, que ya nada ni nadie resultan fiables.

En el Ayuntamiento de Grado pasamos varios meses acordando y negociando medidas para la apertura de los mercados de los miércoles y los domingos,  que garantizaran la seguridad y cumplieran todos los protocolos sanitarios, y de pronto ahora, que es cuando deberían ponerse a prueba y mostrarse eficaces, sin ni siquiera reunir a la mesa negociadora y sin ningún tipo de comunicación ni información a los grupos políticos que firmamos el Acuerdo COVID y constituimos la comisión de seguimiento de la pandemia, el gobierno local de IU, ha decidido unilateralmente su cierre.

Ciertamente la situación que estamos viviendo es preocupante y estamos obligados a  actuar con celeridad, pero nada impide que la unidad y colaboración que se pide y mayoritariamente se presta en estas circunstancias calamitosas, por parte del resto de grupos políticos se ejerza con reciprocidad por parte del equipo de gobierno hacia la oposición. Claro que quien más tienta al diablo en Grado es el propio gobierno de IU, una sola patrulla de la Policía Local hubiese desbaratado cualquier exceso festivo. Anticipando y evitando problemas habrían puesto de manifiesto inteligencia y buena gestión. Sin embargo, ahora las decisiones de unos pocos cargan sobre las vidas y la tranquilidad de todos.

Comentarios:
  1. Vecina indignada dice:

    Una vez indignada ante la situación de la pandemia y las medidas que se adoptan.
    Me parece correcto el cierre de mercados e instalaciones en la villa moscona pero me indigna la poca profesionalidad de la policía local y cuerpo de la Guardia Civil.
    ¿Por qué motivo no hay mayor vigilancia??
    ¿ Por qué pasan de poner sanciones en estos momentos, cuando luego las ponen por chorradas??
    Nuevamente los moscones nos vemos afectados por culpa de unos pocos, repito, por unos pocos ciudadanos de diferentes edades,
    Es fácil ver en la callle a gente sin mascarilla y en las terrazas de los bares, sin mayor comentario. Gente que se pasa la mañana tomando el café sin mascarilla. ¿Dónde está la policía?
    Bueno de la policía local, también se puede hablar, hay un policía que hace el servicio del colegio del Bernardo Gurdiel y que luego se le ve en acera hablando con gente sin mascarilla,
    Así no vamos a ninguna parte,
    Estamos hablando de vidas humanas,
    Por favor!!!! Seamos más sensatos todos los ciudadanos y las autoridades del orden actúen cuando tengan que actuar y déjense de par paseos. Su sueldo los pagamos entre todos.

    • MOSCONSNombre... dice:

      Totalmente de acuerdo con todo lo que has expresado.

      La actitud de las autoridades es mirar hacía otro lado y luego exigir responsabilidad a la ciudadanía, cuando tras un año se está viendo que no la hay, puesto que con este virus con unos pocos que no cumplan con las normas previstas condenan al resto.

      He visto, no sólo en Grado, policía local que ante una aglomeración de personas indebidas, pasa de largo, he visto a miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, saltarse tanto ellos como su familia las normas más básicas, ¿así que podemos esperar?, si no hay ejemplaridad de quienes tienen que hacer cumplir la ley, ¿cómo se va a lograr superar esto?. Luego un día vienes tranquilamente de realizar tus estudios y te realizan un control para preguntarte ¿de dónde eres?, viajando en tu coche, sólo, con tu mascarilla, y en un momento en el que no había confinamiento, ni cierre perimetral.

      Sigo sin entender como no se estableció un operativo especial en fin de año, para evitar esto, ¿acaso se esperaba que no se celebrarían fiestas así?, ¿qué no habría jóvenes reunidos?, si este verano con todo el ocio nocturno cerrado, se producían botellones en la plaza de la blanca en grado, ¿dónde estaba la vigilancia ahí? Perdemos el tiempo, en auténticas memeces como los allegados, si somos 10 ó 6 para cenar, si los niños cuentan, cuando lo lógico es convivientes y fuera, punto, luego muchas personas se hacen pcr para viajar a otras comunidades autónomas a ver sus parientes y resulta que a los que menos ven son a sus mismos parientes, porque se dedican a peregrinar con todas sus amistades.

      Es vergonzosa toda esta situación, las actuaciones tanto de las autoridades, de algunos hosteleros que no quieren ser autoritarios ni responsables de lo que sucede en sus locales y de la propia población, seguimos sin darnos cuenta de las vidas que el covid está llevando por delante, no vale después hacer un bonito homenaje y ya, yo he perdido a un familiar muy querido por esta pandemia, no le deseo a nadie tener que despedirse de él a través de una tablet, porque los médicos no te aconsejan ir a verle ante el riesgo de contagio.

      Me repugna la actitud de estas personas que piensan que todo sigue igual, que no pasa nada, o simplemente la gente que se muere es mayor, le llegó su hora, no estoy siendo exagerado, más de uno piensa así y no puedo más que decir, ¿en qué sociedad vivimos?, cuando estas personas que se nos van, han ayudado a crear el país en el que hoy vivimos, han luchado, sufrido un guerra civil, mil y un penurias, y nosotros no somos capaces de responderles con respeto y gratitud, sino con el desprecio y el olvido, a parte, de que es una regla no escrita, a quién le toca la enfermedad, no se sabe como ni cuando saldrá de ella.

      También me gustaría añadir que la hostelería que está sufriendo brutalmente las consecuencias de esta situación, además de exigir lo que les corresponde en materia de ayuda económica, sería justo que señalasen también a compañeros del sector que por su actitud irresponsable, condenan a toda una villa, como se ha visto en este caso.

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