El presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, cree que es necesario prevenir los ataques a la ganadería con buenos perros de guarda, utilización de cercados eléctricos y también que los pagos de la Administración «sean suficientes y se abonen con rapidez»
F. R. / Grado
El naturalista cántabro Guillermo Palomero preside la Fundación Oso Pardo, que ha puesto en marcha una campaña para orientar a senderistas y excursionistas sobre la importancia de saber cómo comportarse frente al encuentro con osos.
– Han iniciado una campaña informativa sobre la precaución necesaria a excursionistas ante la presencia de osos ¿se debe al aumento de la población o a la pérdida del miedo de los osos hacia las personas?
– Al recuperarse la población lógicamente hay más osos y ya no se les hostiga como antes, pero, desde luego su comportamiento no ha cambiado en términos generales; nos evitan. Sí hay que estar atentos a jóvenes osos que podrían habituarse a la cercanía de las personas. Son excepcionales, pero tienen que ser corregidos de inmediato, usando el protocolo de intervención con osos aprobado por el MITECO y las administraciones autonómicas. Al margen de esto, en los últimos años hay un auge de las actividades de ocio en las montañas. Es positivo pues dejan importantes recursos económicos en el territorio, así que tenemos que ser capaces de conjugarlo de forma que no haya incidentes con los usuarios de las montañas y no se ponga en riesgo la recuperación de la especie, que tanto ha costado. Ese es el objetivo del proyecto “Alertas tempranas con osos”, que hacemos con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del MITECO y en coordinación con el Principado de Asturias y sus agentes del medio natural. Como en campañas anteriores, también hay un trabajo informativo conjunto con la Fundación Oso de Asturias sobre las pautas a seguir en los raros encuentros con osos.
– ¿Se han dado muchos casos de encuentros entre humanos y osos últimamente? ¿Supone un peligro?
– Asturias siempre ha sido tierra de osos y no hay noticias de malos encuentros, más bien al revés. Solo hay que pensar en la cantidad de gente que en verano hace senderismo, por ejemplo en el Parque Natural de Somiedo, y tan felices. Sobre todo aquellos que tuvieron la fortuna de encontrar los rastros de un oso, o de observar algún ejemplar de la mano de guías locales. Muchas de las recomendaciones de las campañas informativas son de puro sentido común. Si en la urbe respetas las normas de la urbe, en el monte respeta las del monte.
-¿Cómo está la situación en cuanto a la protección del oso pardo cantábrico? ¿Ha habido una buena evolución? ¿Se ha extendido su presencia?
– Estamos en un momento de tendencia favorable, aunque las cifras aún lo colocan en peligro de extinción. La subpoblación cantábrica occidental, de la que forman parte los osos asturianos, cuenta a día de hoy con alrededor de unos 280 osos, a los que habría que sumar medio centenar más en el oriente cantábrico. Lo sabremos con más exactitud cuando conozcamos los resultados del censo genético coordinado que están haciendo las administraciones cantábricas y el MITECO.
– ¿Cuál es la labor de la Fundación que usted preside?
– La Fundación Oso Pardo somos una entidad conservacionista privada sin ánimo de lucro que trabajamos en distintas líneas para contribuir a la conservación del oso pardo y su hábitat. Nuestro equipo está integrado por especialistas y técnicos, y por las Patrullas Oso, que pertenecen al territorio. Entre otras funciones, contribuimos al seguimiento oficial de la población de osos, hacemos investigación en colaboración con universidades, y muy importante, trabajamos todo lo relacionado con la coexistencia entre humanos y osos, a través de la educación ambiental, el diálogo permanente con el territorio, y buscando herramientas y experiencias que contribuyan a ello.
-¿Cree que se está consiguiendo que se armonice la ganadería con la presencia de fauna salvaje?
– Creo que existen importantes herramientas para conseguirlo a través de las medidas de prevención de ataques y los pagos por daños. Las comunidades autónomas, que son las competentes en esta materia, están autorizadas a cubrir todos esos costes. También creo que las medidas de prevención son conocidas por la inmensa mayoría de los ganaderos que se dedican al extensivo en Asturias: buenos perros de guarda y utilización de cercados eléctricos, sobre todo para el ganado ovino y la apicultura. Es importante que se apliquen correctamente para que los daños se reduzcan al mínimo; también que los pagos por daños sean suficientes y se abonen de forma rápida. Hay que ser solidarios y empáticos con aquel que los sufre. Es lo justo.
– Háblenos del programa Hábitat y de sus objetivos y resultados esperados
– El programa Hábitat reúne todas las acciones encaminadas a preservar o mejorar el espacio natural en el que vive el oso pardo, y a poder ser, dejando un beneficio socioeconómico en el territorio, sea empleo o formación. Comprende muchas vías de actuación. Una de las más importantes son las plantaciones para recuperar o incrementar la biodiversidad y funcionalidad natural de un área. Siempre plantamos especies autóctonas y con mano de obra local. Buena parte de esos proyectos se realizan con dinero que viene de Europa y se queda en el territorio; son los proyectos LIFE. Para conseguirlos, nuestra fundación compite con muchas otras organizaciones y administraciones europeas en un exigente proceso concursal.
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