Grao pierde a una gran persona, de buen carácter y fina ‘galga’

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Por Nando F. ARIAS

 

Si no fuese por lo trágico del momento pensaríamos que Gerardo nos está gastando una de las bromas de las que era maestro.

Cuando Ayer su hijo Pelayo, delante de la antigua Merced, me comunica el fallecimiento de su padre , no pude evitar pensar: otra broma de este “cabrón”. Pero rápidamente me di cuenta que era la dura realidad.

Por mi mente en décimas de segundo pasaron infinidad de imágenes de su infancia: cogido de la mano de su abuela Lucía, a la que adoraba, o las regañinas que su madre, Conchita, le soltaba cada vez que hacia una trastada o cuando el perro lo lamía y él le mordía el hocico.

Sus salidas de monte con el Grupo Montañero Moscón eran un suplicio porque a, los que éramos mayores que él, nos ponía en tensión ya que en un descuido se nos encaramaba en los riscos más peligrosos.

Sus pinitos  de patinaje en el C.P. La Flor y su verdadera pasión el esquí (fue cofundador del Club de esquí de Grao) y por último su afición a la bicicleta y al cross nos dan una muestra de su amor al deporte. Pero allí donde estuviera Gerardo se granjeaba la simpatía y el cariño de sus compañeros por su carácter y su fina “galga”.

De carácter distendido, jovial, cariñoso, siempre con una sonrisa infantil en el semblante y siempre dispuesto a gastarte una inocente broma respondiéndote cuando lo increpabas cariñosamente: “uy nin” “uy nin”.

Los carnavales de Grao pierden una figura que destacaba por sus ingeniosos disfraces desde el año que en su juventud, en la sala de Fiestas el Parke, sorprendió a todos vestido de brasileño y dando una exhibición de Samba, al disfraz de Juan Carlos I o el de Flavio Briatore

Desde muy joven se dedicó  a  la hostelería. Aprendió con su padre “Ramón el Pesao” el oficio de confitero, que ejerció durante varios años, posteriormente, al cerrar la confitería, se hizo cargo junto con su esposa Nieves de lo que era la cafetería la Merced. Fue hostelero  en el restaurante La Recta, en el Café Exprés, La Sala de Fiestas el Parke. Junto con su esposa Nieves  regentaron un negocio de compraventa de coches y últimamente regentaban la “Nueva Merced” sita en la Ferrería. .

Grao pierde un gran emprendedor, un gran empresario, un gran deportista y una gran persona.

Gerardo nos ha gastado una última broma de mal gusto pero allá donde vayas sigue igual. No te olvidaremos.

Gerardo, el de La Merced

 

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