Y yo, Asturias

Inicio @ Tribuna Y yo, Asturias
Juan Carlos AVILÉS

[Nos tocó la china]

Les vamos a echar de menos. Tan despreocupados, tan felices, tan derrochadores. Con sus atuendos deportivos y estilosos, tal que un anuncio viviente del Decathlon, y esa manera voluptuosa de devorar escalopines, fabes y cachopos como si no hubiera un mañana. “Niño, acábate ese arroz con leche que no vas a probar otro igual”, se oía decir a la madre. “¿Nos pone otra de sidra con cinco vasos y un taponín, porfa?”, espetaba el paterfamilias con la mascarilla colgada de la oreja, mientras el resto de la tribu hacía ‘selfies’ y deshojaba el calendario en busca del día ideal para llegarse a Covadonga o a comer pescado a Cudillero, con pleno desconocimiento de que ambas cosas en agosto son imposibles. Pero qué más da. Para una cochina semana de vacaciones que nos han dejado los ‘ertes’, los ‘eres’ y la madre que los parió hay que desparramar lo que haga falta, y además estamos todos vacunaos. Y después de tanta ola de bicho pendenciero, nos teníamos bien merecidas unas olas de verdad, con su espumita y todo. “Oiga, ¿y a qué hora pasan los osos?, inquiría el abuelo con la gorra Quechua calada hasta las cejas y un chupito de orujo entre los dedos, que un día es un día. Los había con acento andaluz, catalán, murciano, extremeño y hasta madrileño (que no tenemos deje, pero se nos distingue porque decimos ‘ejque’ en vez de ‘es que’, como Bono). ¡Qué globalizada diversidad! ¡Qué jacarandosa algarabía! ¡Qué bendición estival!

Deja un comentario

Your email address will not be published.