La mina de Boinás produjo 10.595 onzas de oro, un tercio menos que el año anterior por el paro del transporte y el covid
A. d. B. / Balmonte
2022 no ha empezado bien para Orovalle, la multinacional que explota oro, plata y cobre en la mina de El Valle-Boinás, en Belmonte. Durante el primer trimestre de este año la compañía obtuvo una producción de 10.595 onzas de oro equivalente, una disminución del 33% con respecto al anterior trimestre, debido, principalmente, a la paralización temporal de operaciones en marzo como consecuencia del paro del transporte en España.
El impacto del covid en la plantilla en la primera mitad del trimestre y las tensiones en la cadena de suministro en toda Europa que afectan la disponibilidad de repuestos, fueron otras razones de peso que se sumaron al paro.
La empresa informa de que desde principios de abril se reactivaron los canales de la cadena de suministro, se reinició la producción y se está en proceso de revisión y optimización del plan de producción para la segunda mitad del año.
No obstante las expectativas son buenas después de que a principios de año la compañía anunciara el hallazgo de un yacimiento de mineral de alta ley en una zona aún sin explotar denominada Ortosa-Godán situada a tres kilómetros de la mina de Orovalle en Carlés, en Salas, y ahora ha anunciado un nuevo hallazgo de oro en una zona del cinturón aurífero de Navelgas, en Tineo, situada a 20 kilómetros de la otra mina de la compañía, la de El Valle-Boinás en Belmonte.
La empresa matiza, sin embargo, que los trabajos se encuentran en una fase muy preliminar. «Es necesario realizar mucha más exploración e inversión para valorar si hay recursos explotables, tanto en Lidia como en Ortosa-Godán. Con los conocimientos actuales no se puede hacer una estimación sobre posibilidades de explotación. Es un proceso a largo plazo», añaden.
Conflictividad laboral
El año también está resultando algo más conflictivo socialmente que en otras ocasiones, en parte como consecuencia de los factores, como la huelga del transporte, que redujeron al mínimo su actividad. Así, Orovalle planteó un ERTE a finales de marzo, enviando al 40’% de la plantilla a sus casas, lo que generó movilizaciones. También a principios de año la tensión laboral fue alta por sanciones presentadas contra trabajadores por la huelga en petición de mejores salariales.
Por otro lado, la escalada en España del precio de la luz también afectó a Orovalle, que anunció que si este incremento seguía imparable «podría llegar a poner en peligro la continuidad de la explotación».
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