La nueva fase del monasterio de Cornellana restaurará fachadas, pinturas y ventanas

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El Ministerio ha sacado a licitación la obra, con 1,9 millones de presupuesto y 20 meses de plazo, según un proyecto del arquitecto Javier Felgueroso

Monasterio de Cornellana.

L.S./ Salas

Con años de retraso sobre las previsiones iniciales, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha sacado a licitación las obras de rehabilitación del monasterio de Cornellana, en su segunda fase. El contrato tiene un presupuesto de 1,9 millones de euros y un plazo de ejecución de 20 meses. Las empresas tienen hasta noviembre para presentar sus ofertas, así que no se verán obras en el monasterio hasta el año que viene. El proyecto de esta nueva fase de la esperada restauración del monasterio salense ha sido elaborado por el arquitecto Javier Felgueroso, que ha contado en su equipo con los restauradores Jesús Puras y Carlos Nodal, autor este último de un estudio sobre las pinturas murales y los revestimientos, que ha servido de base para el proyecto de intervención.

Esta fase de los trabajos incluye la demolición de edificaciones añadidas, los forjados del techo de la planta baja y primera, el tratamiento de las fachadas, la carpintería exterior, con el cierre de todos los huecos y ventanas, así como el pavimento de la planta primera del claustro, las escaleras de acceso a la sacristía y al bajocubierta y el drenaje por la fachada norte de la iglesia.

La solución adoptada se basa en el plan director de Salustiano Crespo, redactado en el año 2007, pero con modificaciones que pretenden una intervención lo más respetuosa posible. Así, por ejemplo, se cambia el cerramiento previsto para la galería, que según fotografías antiguas era de varas de castaño o avellano entrelazadas, y que el Plan Director preveía acristalar. El nuevo proyecto propone “un cierre más opaco de madera de castaño con huecos cuadrangulares centrados entre los pies derechos de madera que soportan el vuelo de la cubierta de la sacristía y que sirven de soporte y apoyo a dicho cierre. Con esta solución se pretende un menor impacto no tanto formal sino en cuanto al material empleado, evitando un excesivo acristalamiento que desvirtúa por proximidad la visión de los ábsides”, según señala el proyecto.

El arquitecto ha optado por la madera de castaño para el vigamen y también para el suelo del claustro, que en una cuarta parte de su superficie podrá mantener la madera actual, restaurada. En la envolvente del edificio se han diseñado intervenciones ajustadas a las necesidades de cada uno de los cierres, definidas de acuerdo a un estudio arqueológico de Alejandro García Álvarez. En la fachada principal del monasterio y este de la iglesia, así como en el paramento interior de la primera planta del claustro se prevé la limpieza de la piedra con agua a presión y la aplicación de un rejunteo de mortero hidrofugante. Las fachadas de los claustros se dejaran tal cual, por el momento, ya que se prefiere intervenir en ellas “ de una vez y de forma completa”, y en esta fase está excluida la planta baja. El la fachada norte de la iglesia se hará una limpieza manual, y en la fachada este del monasterio se harán tres intervenciones distintas, ajustándose de nuevo a las necesidades. En esta zona hay “un tramo con ornamentación mural sobre estucado, con decoración a base de casetones octogonales y romboidales del siglo XVIII”, que se restaurará según el estudio previo de Carlos Nodal. En otros dos paños de fachada se prevé extender un revoco de mortero de cal, dejando a la vista parte de la piedra.

En cuanto a las ventanas y cierres, se utilizará madera de castaño. y esta previsto restaurar los vitrales de la iglesia.

La intervención incluye el derribo de los edificios de la plazuela del Granero

L. S. / Salas

En esta fase de la restauración el proyecto contempla el derribo de las edificaciones existentes en la plazuela del Granero; el edificio construido por la Escuela Taller, la edificación de hormigón situada al este de la plazuela y las construcciones de ladrillo situadas en la zona anexa a lo que en su día fue el ala o pabellón este del Monasterio, construida en el siglo XVII y concluida en el siglo XVIII (inscripción), según detalla el proyecto.

La intervención, contratada por la dirección general de Agenda Urbana y Arquitectura del Ministerio, cuenta con una dirección de obra que será financiada por el Gobierno de Asturias y el Ayuntamiento de Salas, con un coste máximo de 96.400 euros.

La consejería de Cultura y el Ayuntamiento de Salas constituirán una comisión de seguimiento de los trabajos para ejercer los preceptivos mecanismos de control y velar por el cumplimiento de todos los términos del contrato. Asimismo, ambas administraciones colaborarán en una tercera fase para estudiar los futuros usos del monasterio. El Monasterio de San Salvador de Cornellana (S. XI) es Bien de Interés Cultural desde 1994. Tras la declaración BIC, el monasterio también fue incluido en la Lista de Patrimonio Mundial en 2015.

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