Tras desahuciar a sus inquilinos por impago en Santullano, en Las Regueras, se encontró la vivienda sin muebles, con colchones llenos de orina, basura y hasta matorrales entrando por las ventanas

Redacción/ Grau
Le dejaron una deuda de unos 10.000 euros, le robaron los muebles y le destrozaron la vivienda: esta es la situación que se encontró ayer en Santullano María Eugenia Estébanez, después de que una comisión judicial desahuciara a sus inquilinos, un matrimonio con un hijo de 15 años. «Destrozó la casa, entregó las llaves a la comisión judicial y se marchó riéndose», dice María Eugenia, que sufrió una crisis de ansiedad cuando vio cómo estaba la vivienda que había sido de sus padres. «Robaron los muebles, rompieron baldosas, echaron al porche colchones llenos de orina, es una cosa increíble, lo único que puedo decir a la gente es que no alquile, porque estamos completamente indefensos».
El matrimonio, aparentemente normal, alquiló la casa hace dos años, con opción a compra. Era una vivienda perfectamente instalada y amueblada, con jardín. «Al principio pagaban a trancas y barrancas, luego dejaron de pagar. Intenté llegar a un acuerdo antes de llegar a un desahucio, les quitaba la deuda si me devolvían la vivienda. Pero prefirieron hacer todo el daño posible, me voy, pero me hago grande hundiéndote», cuenta Eugenia. «Yo tenía una vivienda unifamiliar con jardín y ahora tengo cuatro muros. ¿Quién me protege en todo esto? Lo único que puedo decir a las gentes de bien es que no alquilen».
La casa tenía el jardín poco cuidado, con enredaderas por las paredes «que llegan hasta la bañera», así que hace ya tiempo que la familia vivía en condiciones precarias, pero el daño real «se hizo en los últimos quince días, cuando rompieron las baldosas del porche, tiraron todo y lo llenaron de excrementos». En Las Regueras el suceso ocurrido con esta vecina ha causado consternación, ya que la gente no se explica cómo llegaron a este extremo.
La casa, antes y después del paso de los inquilinos:
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