Juan Carlos Avilés
Da gusto acercarse por Villanueva de Santo Adriano coincidiendo con algunas de las convocatorias que, dos veces al año, se celebran en este concejo en torno a un tema tan universal como la salud. Bajo el lema de Saludriano Late, y con un planteamiento sumamente participativo y comunitario, se reúnen allí artesanos de todo tipo en torno a un espacio compartido, animado y festivo, para dar a conocer tanto los productos de la tierra como las iniciativas culturales y divulgativas que se gestan en esos contornos. Todo ello complementado con actividades lúdicas y saludables, música en directo y muchas ganas de pasarlo bien.
La última cita de Saludriano se ha concentrado en el Centro de Empresas El Sabil, un edificio singular que durante años estuvo relegado al ostracismo hasta que la Agencia de Desarrollo Local del municipio se propuso reactivarlo para reunir allí a jóvenes emprendedores en un núcleo moderno, funcional, equipado e interactivo donde desarrollar sus iniciativas por un módico precio. Y lo han logrado al cien por cien. Saludriano marcha. Villanueva marcha, o como apostilla su eslogan, ‘late’ con buen ritmo y mejor vitalidad.
En aquel Centro lo mismo encuentras pequeñas empresas tecnológicas que talleres de artesanía, teatro, danza, obradores de pan y otros proyectos relacionados con la alimentación sana y ecológica, investigación del territorio o hasta abogados para resolver pleitos, si vienen mal dadas. Y todo con un denominador común: la ilusión y el aliento de jóvenes y pequeños empresarios que han apostado por la recuperación de una tierra, en sentido amplio, cada vez más vapuleada por el abandono, el desatino y la desidia. Y eso, por lejano y romántico que parezca, es nada menos que el futuro. No hay otro.
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