[Entrevista] Juan José García, acaba de publicar ‘Vivencias de un emigrante’, sobre Juan José Lorenzo Arias

«El libro me llevó diez años, transcribí mil cartas, que cedí al Archivo de Indianos»

L. S. N./ Teverga

En aquellos años en los que no era tan raro que una pareja sin hijos criara como propio a un sobrino, el matrimonio formado por el ‘americano’ Juan José Lorenzo Arias y Alegría Álvarez acogieron y adoptaron al padre del ex concejal de IU Juan García. Así, este tevergano de Fresneo, ahora prejubilado, creció rodeado de recuerdos y narraciones de la vida de los ‘americanos’ de Teverga, como se llama en el concejo a los indianos. Acaba de publicar la historia de su abuelo adoptivo, Juan José Lorenzo Arias, con el título “Vivencias de un emigrante asturiano (1994-1955)”.

–¿Qué le llevó a escribir este libro? –

Siempre me ha interesado la emigración a América, quizá porque crecí con la historia de emigración del padre adoptivo de mi padre, y una vez de visita al Archivo de Indianos de Colombres vi que apenas había referencia a los teverganos que hicieron las Américas. Me propuse llenar ese vacío.

–¿Y cómo empezó la obra? –

La doctora en Historia y profesora de la Universidad Juan Carlos I, Elena Sánchez de Madariaga, autora del prólogo, también tevergana y muy interesada en la emigración asturiana, me animó a organizar la documentación y a embarcarme en esta tarea. Ha sido un trabajo de diez años, y he transcrito justo mil cartas, una cifra redonda.

–¿Qué tipo de correspondencia? –

Había de todo, personal, comercial…Es difícil desentrañar la historia a través de las cartas, porque tardaban semanas en llegar, así que el hilo de un relato podía perderse y aparecer de nuevo muchas cartas más tarde. Hice un trabajo de ordenar los hechos, y luego los he ido desgranando cronológicamente, enmarcándolo en los sucesos históricos que ocurrían en cada momento.

–¿Cómo empezó la historia americana de Juan José Lorenzo? –

Salió de Fresneo con 16 años, en el año 1900. Siempre se iba a zonas donde hubiera vecinos o conocidos que pudieran apoyar al recién llegado, y él partió hacia México. Pronto demostró que tenía visión para los negocios, lo que hoy se llama emprendedor, y se dedicó a importar y exportar productos, desde papel de fumar a productos agrícolas, sebo, algodón… Cuando hizo suficiente dinero decidió instalarse como industrial en Morelia, y allí montó una fábrica de aguarrás, aplicando un sistema de sangrado de pinos que era muy novedoso y productivo, una nueva patente que fue probablemente el primero en implantar. El aguarrás es un destilado de la resina, que él extraía con ese sistema.

–No era fácil hacer dinero, muchos volvieron con las manos vacías. ¿Juan José lo consiguió? –

Sí, fue un gran empresario, hizo mucho dinero y estuvo varias veces también al borde de la quiebra, sobre todo porque tenía tendencia a volver a Asturias y dejar al frente a su hermano, que aunque era muy listo para el comercio y tenía mucho olfato, era lo que se puede llamar un vividor y mujeriego, y llevó al límite la empresa en varias ocasiones, de forma que Juan José tuvo que volver para tomar las riendas y enderezar la empresa. Si no vuelve queda sin nada. Se vio envuelto, también, en la revolución mexicana, y tuvo que negociar con Pancho Villa para poder mantener el tráfico de mercancías en los trenes, enviaba trenes enteros.

–Tenía querencia por volver, entonces. –

Su objetivo era levantar una empresa que pudiera sostenerle económicamente en Asturias, dejando un apoderado o alguien al frente, pero con su hermano no hubo manera. Lo que no quería de ningún modo era casarse allá, sabía que casarse allá era tanto como no volver nunca, así que buscó a su esposa en Teverga, donde se casó con Alegría. Cuando volvió para casarse, en 1924, se trajo 300.000 pesetas, cuando un obrero ganaba de media unas cien pesetas al mes. Mucho dinero. Al final todo lo de México lo perdió en 1929, con el crack de la Bolsa, porque su negocio dependía mucho de la venta a Estados Unidos. No volvió. Fue teniente alcalde de Teverga.

–¿Dónde se puede adquirir el libro? –

En el Archivo de Indianos, en la Casa del Libro de Oviedo y Gijón y en el Todo a Cien de Teverga, a 15 euros.