Publicado el: 20 Jun 2024

Fabas de primera en Trasmonte

Noelia García y Arián Cueto, desde su finca en Las Regueras, apuestan por la legumbre asturiana con certificado IGP y han comercializado el primer pack de fabada vegana

Noelia y Arián con sus fabas

M. L./ Las Regueras

Noelia García, madrileña de Móstoles y Arián Cueto, de Las Regueras (los dos tienen 26 años) llevan dos temporadas cultivando faba en Trasmonte con certificación de calidad IGP, en donde se inscribieron en 2023.

«Queríamos iniciar un proyecto conjunto y la agricultura siempre nos gustó. Sabemos que la profesión es dura y el cambio climático es un desafío cada año pero apostamos por nuestro cultivo y nos gustaría vivir de ello», explica Noelia. Empiezan poco a poco. Por el momento, comercializan en La Tiendina de Vane, en Trubia a través de venta directa y junto con la empresa Compasión sacamos el primer pack de fabada vegana que se puede encontrar en su página web comecompasion.com.

Esta pareja no se arredra y están dispuestos a luchar por conseguir buenas cosechas y sobre todo de calidad. «La última cosecha fue muy deficiente en cuanto a cantidad ya que solo pudimos recoger 200kg en hectárea y media. A pesar de todo, la calidad de la faba cosechada es excelente ya que ganó el segundo premio en la cata de Faba IGP del pasado abril en Villaviciosa.

Y es que el mercado de la faba tiene mucha demanda y hay que estar ahí. «Nosotros notamos que es un producto muy buscado y apreciado, especialmente fuera de Asturias. Actualmente, sigue habiendo más demanda que oferta, ya que pocos productores tienen faba disponible cuando llega la siguiente cosecha. En esta andadura en pos de la calidad no están solos. El Consejo Regulador les acompaña durante el cultivo para cerciorarse de que todo se hace cumpliendo las normativas y para nosotros no es exigente cumplir esos requisitos porque esa es nuestra manera de trabajar y además recibimos el asesoramiento de profesionales.

Y porqué no decirlo, la certificación no solo es una garantía de calidad sinó una buena herramienta de marketing: La IGP es un refuerzo que nos permite llegar a aquellas personas que de verdad quieran comprar faba asturiana.

Mientras siembran la próxima cosecha piensan ya en ampliar a otros cultivos como la verdina y una pequeña producción hortícola. Si lo hacen bien con la faba asturiana ¿porqué no probar otros productos con tirón?.

Hoy la faba asturiana -explican- tiene que competir con otras fabas de aspecto similar, como la que proviene de Latinoamérica que se venden a un precio mucho más bajo pero «la calidad no es igual».

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La Voz del Trubia